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Laura Sorlózano, Síndrome de Dolor Regional Complejo, Valencia, España.
Hola soy Laura. Todo comenzó hace dos años con una operación de ligamento cruzado de rodilla. Al quitar una grapa me dio como una corriente. Y a partir de ahí mi rodilla ya no fue mi rodilla.
Desde el principio sentí esa parte como acorchada, entumecimiento, debilidad, inestabilidad. No aguantaba de pie ni caminando. Poco a poco fueron apareciendo pinchazos, ardores. Me molestaba el simple roce del pantalón y del agua de la piscina. Por mucha rehabilitación que hacía cada vez me encontraba peor. Hasta el punto que afecto a mis caderas y tuvieron que operarme ambas. Nadie a mi alrededor me entendía. Ha sido y es lo más duro que me ha sucedido en la vida. El traumatólogo que me operó la rodilla en ningún momento me creyó ni ayudó. Solamente decía más músculo. Me tocó buscar sola muchos especialistas. Desde traumatólogos, neurólogos, fisioterapeutas, podólogo, tratamientos como diatermia, NESA ... No entendía lo que me pasaba. A los seis meses operada me diagnosticaron lesión de la rama infrarotuliana del safeno. Empecé con terapia psicológica. Perdí las ganas de vivir. Sólo quería cerrar los ojos y no despertar. Y a los tres meses el dolor subió primero al muslo, luego al glúteo y finalmente a la ingle. Primero me afectó la cadera de la misma parte de la rodilla. Me operaron por rotura de labrum de cadera justo al año de la operación de ligamento. Y tras siete meses más la otra cadera. Posteriormente, a los tres meses siguientes de la última intervención, un traumatólogo me dijo que debido a la lesión del nervio safeno había desarrollado el SDRC. Que el traumatólogo que me operó la rodilla debiera haberse dado cuenta a los tres meses de la intervención de que algo no iba bien. Que si hubiera hecho algo entonces no hubiera ido a más. También me dijo que al caminar mal me había dañado las caderas. Tras gammagrafía ósea me confirmaron el diagnóstico hace menos de dos meses. Otro trauma me dijo posteriormente que había sido muy valiente al operar caderas. Según él podía haber subido hacia arriba el síndrome. Pero entonces ni tenía diagnóstico ni podía vivir con el dolor añadido de caderas. No podía estar ni de pie por la rodilla ni sentada por las caderas. Tan sólo podía estar tumbada bocabajo. Era eso o sucumbir. Actualmente me han hecho radiofrecuencia lumbar. Justo ayer. SIGO LUCHANDO. He conocido un doctor en Madrid que dice que cuando no encuentran el motivo médico del dolor lo envían todo al cajón desastre del dichoso síndrome. Parece que ha ayudado a muchos enfermos de Südeck. Creo que iré a su consulta para que estudie mi caso. Tan sólo yo sé la fortaleza que he demostrado en este largo camino. También lo sabéis los que compartís mi enfermedad. Estoy aquí si alguien me necesita. Me hubiera gustado conocer a alguien en mi misma situación para poder compartir y poder sentirme comprendida.
"Cree en ti, que nadie te haga sentir que has perdido la cordura, lucha, sigue luchando, aunque a veces dudes, puedes"
Ahora mismo sigo teniendo mis momentos. A veces estoy abajo, a veces subo a medio camino. No puedo decir que a veces estoy arriba, pero SIGO LUCHANDO. Y hoy sé que, aunque médicos y personas cercanas dudaron de mí, estoy cuerda, muy cuerda. Y aunque a veces crea que no me quedan fuerzas para seguir lo sigo haciendo. Y tú también puedes hacerlo, estoy segura.