Lorenzo Albaladejo, Parálisis cerebral, Murcia, España.

Desde muy pequeño siempre fui un poco el torpe de clase, también tuve un trastorno de déficit de atención con hiperactividad por el que estuve medicado hasta los catorce años, quizá relacionado con la discapacidad. Siempre tuve la suerte de que mis compañeros entre elegir discriminarme, señalarme o apoyarme, eligieron apoyarme. Gracias a eso me enganche al deporte, me fui motivando poco a poco en los diferentes deportes que fui haciendo hasta que con 18 años empecé a hacer atletismo y con 22 estaba en unos juegos paralímpicos. Empecé a hacer atletismo para hacer unas pruebas físicas para preparar una oposición en el año 2008, se me daba fatal por mi discapacidad, las primeras veces era incapaz de saltar una vallita a 20 cm de altura, era incapaz de hacer el 95% de los ejercicios de calentamiento pero, gracias a la insistencia de mis compañeros, del entrenador con el que empecé, fui mejorando y hoy ya salto las vallas a 1 metro de altura y los ejercicios ya los tengo controlados.

En el año 2012, estaba como monitor en la escuela de atletismo y vino una concentración del equipo paralímpico de promesas a mi pueblo y Antonio Ranchal, director técnico de la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral y Daño Cerebral Adquirido (FEDPC) y a través de José María, director gerente del centro deportivo,  pidió mis certificados de discapacidad y mis marcas. Se dió cuenta de que tenía opciones de ir a los Juegos Parlímpicos de Londres si superaba los reconocimientos médicos y me citaron de inmediato. Superé los reconocimientos y en marzo de aquel año ya contaba con dos récords de España y en junio fui campeón de España en 100m y 200m e hice la mínima para participar en las Paralimpiadas de Londres.  Posteriormente fui a los campeonatos de Europa donde gané dos medallas de plata y allí me comunicaron que era olímpico, iría a Londres.

El sueño de cualquier deportista es ir a una olimpiada, vengo de un pueblo pequeño de Murcia que se llama San Javier con 30.000 personas y mi participación en dos finales olímpicas como  persona con parálisis cerebral,  fue vista en un estadio lleno, con 80.000 personas, y en el mundo  por 1.100 millones de personas, esto muestra la realidad en la que estaba y lo que supuso a nivel personal.

Lo conseguí porque mis compañeros, mi familia, la gente de mi entorno al verme hacer deporte y ver que era muy malo en la inmensa mayoría de deportes, incluso cuando empecé en atletismo, en vez de machacarme, de hacerme acoso escolar, en vez de apartarme y discriminarme, decidieron tomarse cinco minutos de su tiempo y enseñarme. Gracias a toda esa gente, que me fue dando lecciones y enseñando, aprendí tantas cosas que llegué a ser el mejor de España con parálisis cerebral, y entre los mejores del mundo.