Elisabet Diaz
Elisabet Diaz
Soy una persona joven, sana, vital y activa. Sin patologías de base previas, con un estilo de vida saludable y amante de las aventuras. Mi gran pasión es la naturaleza. Me gusta pasar tiempo caminando por la montaña, practicar senderismo, escaparme en furgo en buena compañía y pasar tiempo con mi perro. Amante de la psicología y el crecimiento personal. Vivir las cosas sencillas de la vida.
Había estado haciendo una ruta por la costa, y así de golpe empecé a tener síntomas graves e inusuales. La primera reacción fue pensar que había pillado covid, pero los resultados fueron negativos. Así que mi diagnóstico vino con retraso y por urgencia, cada día que pasaba yo estaba peor. No podía respirar bien y me sentÍa peor que en un estado de gripe.
Cuando llegué al CAP rápidamente vieron por diversas pruebas que tenía una bacteria, un neumococo, que me había causado una neumonía necrotizante. El problema es que la infección había avanzado creando auténticos estragos. Así fue como ingresé directa en la UCI y me indujeron al coma casi por un mes. Allí se percataron que habían habido varias complicaciones: derrame pleural, empiema tabicado, cavidades en el pulmón, provocando una sepsis cataclísmica y poniendo en peligro mi vida. Tambiém me realizaron una traqueotomía.
Para mí fue todo muy duro. Vivía con pánico y terror todo lo que sucedía. Tuve síndrome de delirios intensivos, donde mi realidad se mezclaba con fantasía. Llegué a lugares inhóspitos de la conciencia... estuve presenciando mi propio velatorio, soñaba que me moría y al fin volaba liberada, que me habían expulsado del hospital o que me tenían secuestrada para drogarme. Cuando abrí los ojos no entendía donde estaba y por qué sentía tanto dolor en mi cuerpo. Pensé que me estaban torturando. Anhelaba que alguien me explicara que sucedía y pudiera consolarme.
Ha sido un viaje muy duro pero también me ha aportado muchas cosas. Una de ellas y la más importante, y por la cual creo que sigo aquí... es la conexión con las personas que amas. Ello fue el motor y el empuje, el cordón umblical que me mantuvo conectada a la vida.
A pesar de que todo se derrumbe en un segundo, la fe y la confianza en algo más grande. Ante lo que no tenemos control. Por algún motivo la vida nos da y nos quita... y solo podemos rendirnos ante sus voluntades. Y salir reforzados de ellas.
Siempre tuve un gran deseo de salir adelante a pesar de estar en el agujero negro más profundo y aterrador.
Incluso desear que todo terminará. Esto me ha hecho ser una persona diferente a día de hoy. Con más profundidad, relativismo, y saborear de una forma distinta la vida.
¡Como he añorado volver a mi vida! cuando hay algo negativo que sucede, vuelvo a esos días en la UCI, y nada es comparable a tal sufrimiento. Me ha dado el empujón para vivir una vida más plena y auténtica.
¡La vida me ha dado una segunda oportunidad!
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