Lucia Cañizares
Lucia Cañizares
Hola, soy Lucia Cañizares, tengo 40 años y hoy les quiero compartir el testimonio de mi hijo Diego Cañizares. Actualmente mi hijo tiene 13 años, pero le diagnosticaron leucemia desde los 2 años y medio hasta los 5 y entre sus 7 y 8 años estuvo en proceso de recuperación.
Diego tuvo bastantes complicaciones en el proceso, sangraba por la nariz, perdía el apetito, no comía, solo tomaba líquidos. Para mi, era desesperante porque no sabía cómo reaccionar o qué hacer en esos momentos. Por otro lado, su estado de ánimo era muy malgenio y pasaba llorando por lo que era tan pequeño, por supuesto yo sentía mucha impotencia. Además, cuando convulsionaba lo tenían aislado, pero gracias a Dios sus convulsiones solo fueron producto de un medicamento que le causaba esa reacción.
Cuando mi hijo iba al hospital se ponía a llorar porque sentía dolor cuando le ponían el suero, para mí era muy difícil porque tenía que camuflar la verdad cuando le llevaba allá. Él no asimilaba las cosas, actualmente ya grande me hace muchas preguntas ya que lo recuerda y lamentablemente, como era tan pequeño las cosas más fuertes fueron las que se quedaron grabadas en su memoria.
Con respecto a la quimioterapia puedo decir que si curó a mi hijo a pesar de que tambien creó efectos secundarios. Por ejemplo, a Diego se le subió la glucosa y tenía un color de piel amarillo, era extremadamente delicado y no podía ser un niño en toda su capacidad. Él no entendía por qué le pasaba eso y por qué no podía hacer cosas que los otros niños sí podían. Sinceramente, yo de la desesperación que sentía llegué a usar medicina alternativa la cual no recomiendo en lo absoluto, lo mejor es seguir lo que el médico dice tal cual lo dice porque eso es lo que ayuda y sana.
Por otro lado, a mi me dolía muchísimo verlo en la escuela porque al inicio del proceso estaba entrando al kínder (jardín de infantes) y por la leucemia él tenía que faltar mucho, incluso un año no pudo estudiar porque sus defensas estaban demasiado bajas y era peligroso. Como consecuencia de esto, para mi hijo era muy duro no poder jugar, comer golosinas, hacer cosas que los niños disfrutan por la etapa en la que están. Por otro lado, a mi me causaba mucho dolor no poder darle las fundas de caramelos en Navidad ya que él no podía comer dulces porque eso era un veneno para él.
Como consecuencia, en el colegio tuvo dificultad por los retrasos en las clases y el déficit. Además, no podía convivir con los otros niños por el motivo de sus defensas tan bajas. Yo sabía que él necesitaba pasar con más niños y disfrutar de su niñez, pero él no podía y eso me causaba tristeza. Además, los otros niños le sobreprotegían demasiado, al igual que las maestras y al momento en que entró a la vida escolar no se sentía seguro o querido para acoplarse con los demás niños.
La quimioterapia se la realizaron en Colombia cuando tenía 5 añitos, gracias a Dios y a los oncólogos pediátricos todo salió bien y entró en proceso de recuperación a sus 7 años.
Ahora mi día a día lo afronto con mucho optimismo y fuerza, siempre saliendo adelante, a pesar de las caídas. Mi hijo ha sido mi mayor bendición y regalo, por él salgo adelante. Gracias a Dios nunca me ha faltado un plato de comida en mi mesa y en cada época de mi vida me pongo de pie para darle lo mejor.
Actualmente Diego ya no tiene limitaciones, su vida es normal. Estuvo en un equipo de fútbol y ha crecido un montón. Por otro lado, en el colegio le va súper bien, tiene muy buenas calificaciones y mantiene un excelente promedio. Además, le encantan las golosinas las cuales ahora ya puede disfrutar.
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