Francisco Garcia
Francisco Garcia
Soy Francisco, tengo 35 años, soy abogado y tenista. Siempre he sido una persona muy alegre, muy activa, siempre me ha gustado hacer mil cosas, y tras la lesión, ahora en silla de ruedas, sigo llevando prácticamente la misma vida, haciendo muchísimas cosas, viajando a muchísimos sitios y sin apenas limitaciones.
La lesión me la produje haciendo snowboard en Austria el 28 de diciembre de 2015, en un salto practicando Freestyle, me caí de espaldas en un lugar donde había poca nieve. Me intenté levantar pero no podía, entré en pánico, la gente que estaba alrededor llamó a las asistencias médicas, me sedaron y me trasladaron en helicóptero al hospital. Me desperté en la UCI, tras la operación a la que me sometieron. Me fijaron las vertebras d11 y d12, se habían movido y me había pillado la médula. A los diez días de estar en el hospital en Austria, me trasladaron en ambulancia el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde estuve cuatro meses y me hicieron rehabilitación pero sobre todo me enseñaron a ser independiente. Yo era buen deportista y aprendí rápido, le pedí el alta a mi médico, quería estar en la calle cuanto antes, quería buscar objetivos fuera.
La lesión, supuso un golpe fuerte, pasé de andar normalmente a tener que usar silla de ruedas. Para todo el mundo de mi alrededor fue un shock, pero desde el principio yo me lo tomé bastante bien dentro de la gravedad, ya desde los primeros días estábamos jugando en el hospital a juegos, comiendo pizza, no fue tan dramático como se pueda imaginar desde fuera. Mi familia, mi novia y mis amigos, al principio fueron un gran apoyo. Me ayudaron en todo momento hasta que después de cuatro meses salí del hospital y empecé mi vida normal.
Me di cuenta de que la gente en silla se une con otra gente en silla, yo quería huir un poco de esto, ya que siempre me vi capacitado para cualquier cosa.
Mi día a día lo afronto igual que hacía antes, me levanto y empiezo el día en silla, para mí no supone un sacrificio o un sufrimiento, hay gente que me dice si no me cansa el tener que superarte todos los días, yo les respondo que mi vida es así, que ya no me acuerdo cuando andaba. Es mi situación y la llevo con total normalidad, como la puede vivir una persona normal.
Soy abogado, entre semana voy a trabajar, entreno al tenis tres horas al día y hago rehabilitación. Los fines de semana voy a restaurantes con amigos, bares, discotecas, a la playa, me baño en el mar, todo igual que una persona normal. Hay pequeñas dificultades inherentes a la lesión que te obligan a hacer alguna cosa distinta como estar tumbado una hora al día de lado, algún problema de esfínteres, pero se puede hacer vida normal.
Al principio siempre hay una importante pérdida de confianza en uno mismo, parece que por no poder andar se es menos que otras personas, pero hay que afrontarlo con mucha confianza, igual que el resto, la única diferencia es que vas en silla, hay que atreverse a hacer cosas, a viajar, a ir a la discoteca, restaurantes, gimnasio. Lo que al principio uno se imagina muy difícil y muy duro, luego lo haces y es más fácil de lo que imaginabas. Desde que me he lesionado he estado en Sri Lanka, en Costa Rica, países que no tienen adaptación y puedes hacer de todo.
Cuando se habla de esta enfermedad se habla de integración, creo que hay que ir un paso más allá, hay que normalizarla, una persona que vaya con muletas o silla de ruedas es una persona exactamente igual que otra y si todos hiciéramos esa vida normal la sociedad no nos vería tan raro. Una décima parte de la sociedad tiene alguna discapacidad, realmente no se ven por los sitios según esta proporción, creo que muchas personas tienden a quedarse en sus casas, por pérdida de confianza. Si todos saliéramos y tuviéramos visibilidad todo se normalizaría y sería más normal vernos.
Yo a los ocho meses del accidente hice un viaje a Japón.
Puedes ser una persona triunfadora, totalmente feliz en silla.
La gente en nuestra situación tiene un montón de posibilidades y la sociedad tiene que dejar de vernos como personas infelices o tristes. La clave es aceptarlo como cualquier otra cosa de la vida, perder un empleo o perder a un familiar.
Me centro en lo bueno y en lo positivo, lo otro son circunstancias de la vida y ya está.
Es muy importante hacer cosas, tener pequeños objetivos e ir a por ellos. El deporte ayuda mucho para esto. Antes mi objetivo era hacer un 360 perfecto, ahora es ganar torneos e ir a las paralimpiadas. Se trata de objetivos. Llevo un año en el circuito de tenis y estoy el ochenta del mundo y el sexto de España, también he llegado a la final de un torneo internacional.
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