Ana Isabel Garcia, Ictus, Asturias, España.

Un fatídico 5 de mayo, entre risas de desayuno y planes para el día, nuestra vida cambió en 2 minutos. Mientras yo me daba la vuelta para preparar el café mi hija grita: `Mamá a papá le está dando algo'. Yo no entendía lo que me quería decir, pero al volverme a la mesa vi como la persona que antes estaba en nuestra conversación se iba alejando perdiendo fuerza y cayendo. Entonces gracias a mis hijos se pudo llamar al 112, diciendo ICTUS.

Una vez que la ambulancia llega todo va sobre ruedas, te tranquilizan y te indican que lo llevan al HUCA por su situación y allí te piden tu ok para hacer una trombectomia mecánica, que le salvo la vida.

Pero no todo es la parte médica, en esas situaciones la familia tiene que encontrar gente con empatía para ayudarte como tratar esta nueva situación que no sabes cómo afrontar. Tu marido está ahí, no habla, tus hijos están en shock y tú intentas sobreponerte a todo. Pero nadie te da ese apoyo moral que te explica como tienes que comportarte. Te empiezas a preguntar:  ¿me puede escuchar?, ¿y si nunca puede moverse?, ¿ y si no me ve?, y estas realmente sola, porque nadie te ayuda.

Gracias a tirar hacia adelante sigues sin mirar atrás y sin parar. Lo asombroso es que este sistema de la administración que salvó a mi marido, no tiene estipulado este punto y por eso no te asigna un médico, si estas en un centro que no es tuyo, solo esperan enviarte a tu centro (Cabueñes) para que siguan curando al enfermo . Pero el proceso no es tan simple, si al llegar al centro no tienes médico asignado seguimos igual.

En mi caso debido al problema idioma y la afasia mixta que padece, en menos de 10 minutos, un sábado por la mañana, una persona sin consultar a la familia y sin tener empatía con el paciente lo manda para casa pues le manda firmar un papel de alta voluntaria en español,

Ahí es donde empieza el momento de superación tanto de él como del resto. Pues al irse del hospital voluntariamente es como si nunca hubieras estado en el sistema y todas las pruebas se demoran meses, gracias a mis quejas a atención al cliente rápidamente le dieron atención de logopedia.

Tengo que agradecer a 2 personas que nos han apoyado en todo, Liliana, su logopeda y Paz , su foniatra. Cuando una persona habla varios idiomas, nunca sabes cual prevalece después de un ictus en el caso de mi marido, su mente mezclaba inglés, alemán o español, por tanto, no sabes cómo puedes ayudarlo para que logre una recuperación.  Desde el primer momento que entramos en tratamiento te ayudan a hacer frente a la situación, piden asistir como familia el primer día y allí nos explican que mi marido es el mismo por dentro, aunque por afuera no pueda comunicarse, se frustre o piense que todos nos hemos vuelto en su contra, nos indica que tenemos que dejar pasar situaciones absurdas que él ve normal y en otros casos indicarle que no está bien lo que hace.

Tardamos casi 6 meses en que volviera a cocinar, su pasión. Gracias a su afán de superación intenta volver al trabajo, pero no puede ser, porque no se ve con fuerzas, se viene abajo y de nuevo ahí estaba su logopeda para darnos ánimo. En 4 meses debido a que su parte motora iba bien pudo conducir, eso le dio una libertad que no tenía en un primer momento. Mi marido siempre fue muy independiente siempre tuvo un espíritu de superación sin dejarse caer y que nos da fuerzas a todos para seguir.

Ahora nos queda la parte más importante, intentar encontrar una persona que hable inglés para ayudar a Liliana a darle pautas para progresar con mi marido según indica su último reporte.  Pero yo ya he ido a la administración y parece que no pueden ayudar y tampoco existe una logopeda registrada en las mutuas de nuestro país.

Pero una vez más nos pondremos todos juntos y tiraremos para adelante para ayudarlo a conseguir su cura lo más pronto posible.