Sol Favre
Sol Favre
Soy Sol, tengo Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica hace alrededor de 7 años. Soy mamá de 2 niños y vivo con mi pareja. Amo la música y la ilustración infantil. Hoy por hoy podría decir que lo sobrellevo bastante bien, sin tantos brotes. Hice varios cambios en mi forma de vida y en la forma en la que veo la vida.
¡Hola a todos!
Les cuento un poco de mí: tengo 41 años (ya pasé el umbral de los 40 ahhhh!!). Soy mamá de un niño de 8 y otro de 16 años. Me diagnosticaron fibromialgia y SFC hace 3 años y medio, un 9 de agosto, no me voy a olvidar nunca, dos días antes de mi cumpleaños y dos días después que me hubiera mudado producto de mi separación.
Estuve como 4 años yendo y viniendo a todos los médicos que se les ocurran: traumatólogo, kinesiólogo, cardiólogo, neumonólogo, hematólogo, endocrinólogo, gastroenterólogo, psicólogo y psiquiatra. Hasta un día que encontré 2 reumatólogas especialistas que coincidieron en el diagnóstico. En cierta forma fue un alivio: ya no me iban a tildar de vaga, ni de loca, ni de depresiva. Al menos sabía para dónde correr.
En ese momento, creo que fue uno de los peores, porque estaba recién mudada, no tenía nada, ni mesa siquiera, pero tenía un montón de cajitas de cartón para desembalar que no sabía cuánto tiempo me iba a llevar ordenarlas. Me dije: voy a abrir una por día... Así me encontré con mis dos nenes, sin trabajo y con mi nueva amiga, la fibro.
Hoy, después de más de tres años, aprendí a amigarme con la enfermedad. Hice varios cambios en mis hábitos, en la alimentación, en el sueño, empecé a hacer ejercicios y mindfulness. Pero, a mi criterio, lo más importante, fueron los cambios internos: cómo veo la vida y cómo me veo a mi misma, cómo me relaciono, de qué me hago cargo y de qué no, entre otras cosas. Y sigo humildemente tratando de buscarle la vuelta para llevar la mejor calidad de vida posible con positividad. Un abrazo!
Me encuentro muy bien. Aprendí mucho mucho con esta enfermedad. Aprendí de mi misma cosas que no me imaginaba. Aprendí a que no me importe tanto el que dirán, ni lo que piensen los demás. Dejé de esperar la aprobación. No veo la vida como una carrera en dónde lo único importante es la meta, ahora miro el camino. Disfruto de las pequeñas cosas que antes no veía y hoy me deslumbran.
Me gusta mucho más la persona que soy hoy cuando miro para atrás por más que no pueda hacer la misma cantidad de cosas o con la misma velocidad.
Si me dieran la posibilidad de evitarme la enfermedad siendo como antes, prefiriría quedarme con ella porque, a pesar de todo, hoy, soy mas libre.
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