Cristina Díaz Cangas, Enfermedad de Crohn, Asturias, España.

Ella se fue a los dos meses y ahí comenzó mi lucha...

Los dolores, las colitis, los sangrados eran tan fuertes, que me ingresaron y me diagnosticaron la Enfermedad de Crohn, una auténtica desconocida para mí.

Me atacó con fuerza, con tal virulencia, que estuve un mes ingresada, con alimentación parenteral, unos dolores que no quiero ni recordar, perdí mi pelo, y un sin fin de secuelas que afectaron a mi vida, de una manera brutal..

Yo era en ese momento , una persona dinámica, deportista y con un trabajo que me hacía pasar muchos tiempo viajando y con una responsabilidad importante, pero todo eso cambió, porque prácticamente no podía moverme de una cama.

Durante dos años, los ingresos eran constantes, medicación, adiós deporte, adiós a tu vitalidad, a tu trabajo, en definitiva, adiós a tu vida.

Tenía miedo de salir a la calle, he llegado a ir con pañales..con lo que eso supone a nivel psicológico... llegué a querer irme con mi madre muchas veces...

¡No dejé de luchar!. Fui a médicos, busqué terapias alternativas, Acupuntura, Reiki, Meditación, Osteopatía, etc., cualquier cosa, que diera luz al infierno que estaba viviendo.

Y siempre, con una actitud positiva, pensando, que era yo la que iba a vencer...

Durante 6 años, he tenido que ir al hospital cada mes al principio, después cada dos, a hacerme un tratamiento biológico; unas horas enchufada en una máquina pasando como yo digo, mi ITV, personal.... unos días más bajita, pero después, a funcionar con normalidad...

A este Tratamiento, sumé un cambio de vida, de puesto de trabajo, de ciudad, de alimentación, y siempre pensando que ¡no iba a dejarme vencer!.

Hace un mes, tras mis últimas pruebas, llega la gran noticia.. .¡mi colon es normal; no hay úlceras, ni lesiones y mi mucosa está totalmente regenerada... teniendo en cuenta, que estuvieron a punto de quitarme el Colon y ponerme una bolsa, no está nada mal, ¿no?.

Estoy feliz, haciendo una vida normal, y no soy capaz de dejar de sonreír.

Supongo que es el premio por tanto esfuerzo realizado, pero os aseguro que merece la pena....

¡Nunca tiréis la toalla!.