Lola Castro
Lola Castro
Me llamo Dolores, un nombre que combina perfecto con mi padecimiento. Todos los días siento dolor. A veces no me quejo, porque siento que canso a los demás y porque no sirve de mucho. Me esfuerzo por ignorar los síntomas. Algunas personas me dicen que "todo está en la mente", pero yo sé que mi dolor está en la barriga, nace ahí y se mueve a todos lados, arde, punza, rasga órganos internos y recorre parte de mi cuerpo. A veces es tan intenso que me derriba.
Tenía 18 años cuando me diagnosticaron endometriosis severa. Antes visité muchos doctores que generalmente decían: "las mujeres pasan por esto y es normal" "estás muy consentida" "tratas de llamar la atención". Crecí y también el dolor. Un día no deje de sangrar durante un mes, me pareció extraño y decidí contarle a mamá. Me llevó a un nuevo doctor en la CDMX quien, luego de unos estudios, se dio cuenta de que tenía dos quistes, uno en cada ovario, uno de 8 cm y otro de 9 cm. Me operaron, una laparotomia exploradora. La cirugía duró más de 9 horas. Cuando el doctor nos dio el diagnóstico, me dijo que no tenía cura y que debía tomar hormonas para crear un estado artificial de menopausia. También dijo que sería complicado que tuviera hijos, pero no imposible. Tardé mucho en recuperarme de la cirugía, luego de salir del hospital mi mamá estuvo conmigo. Ella me ayudo a afrontar mi nueva realidad. Los demás no entendían mucho sobre la endometriosis, pero esperaban que luego de la operación y el tratamiento, yo estuviera mejor. Y no fue así.
Vinieron más tratamientos con hormonas, otra cirugía, tratamientos alternativos, tes, homeopatía, acupuntura, psicoterapias, ritos, oraciones, cojines de semillas, analgésicos de todo tipo, doctores, mediums, sacerdotes, psicólogos y una última cirugía.
Mi mamá siempre luchó conmigo, es más, parecía su batalla, buscaba remedios naturales y me consolaba. Ella sabía que era difícl vivir con endometriosis y siempre trato de mejorarme. Era un consuelo tenerla. Luego de su muerte, me comprometí más con mi enfermedad, se lo debía. Iba a estar mejor, por ella y por mí.
Mi papá ha pagado incontables cuentas médicas, me ha llevado a consultas con muchos doctores, consigue mis medicinas, mira videos sobre endometriosis, prepara remedios y nunca se ha rendido conmigo. Tampoco mis hermanos ni sus familias, sobre todo mi hermano menor, quien junto a mi papá trata de encontrar una solución o algún recurso que disminuya el dolor.
Recientemente me operaron y parecía que habíamos encontrado una solución mágica, pero no fue así. Todos nos pusimos tristes, porque no salió como esperábamos, pero buscaremos más opciones y de seguro, algo funcionará. Aunque mi enfermedad no tiene cura, de seguro encontraremos alguna opción.
Vivir con endometriosis es difícil, costoso y agotador. El dolor a veces no me deja salir con amigos, hay noches que no puedo dormir y viajes que no puedo hacer. No podré ser mamá, tampoco podré beber tragos ni hacer ejercicios intensos. Los tratamientos hormonales tienen efectos negativos, como anemia, deficiencia de calcio y aumento de peso.
Actualmente tengo nada más un ovario y tengo dos tratamientos hormonales, diario tomo analgésicos, te de jengibre, remedios con cúrcuma, melissa, tila y cojines con semillas calientes. Sigo probando todo lo que prometa disminuir el dolor.
Y sigo luchando, encontrando caminos que me lleven a mejorar mi vida. Soy feliz, trato de hacer casi todas mis actividades, a veces me tomo un tiempo para descansar y en ocasiones no puedo levantarme, pero está bien, siempre encuentro fuerza en los recuerdos de mi madre, en mis seres queridos y en el día a día, porque amo mi vida y mientras tenga eso presente, podré con los desafíos que implica tener endometriosis.
No se rindan nunca, traten con todo lo que tengan, si necesitan parar para recobrar fuerzas, háganlo, pero sigan luchando, porque los milagros existen y quizás no podemos elegir nuestra enfermedad, pero si podemos decidir tener una actitud positiva.
Gracias a todos los doctores, amigos y familia por estar conmigo en momentos difíciles.
La endometriosis es una enferdad invisible, pero que no se vea, no signifca que no exista.
Historias de Endometriosis en Lleida
Historias de Endometriosis en Madrid
Historias de Endometriosis en Salamanca
Historias de Endometriosis en Murcia
Historias de Endometriosis en Illes Baleares
Historias de Endometriosis en Asturias
Historias de Endometriosis en Cáceres
Historias de Endometriosis en Valencia
Historias de Endometriosis en Fuera de España
Historias de Endometriosis en Guadalajara
Historias de Endometriosis en Córdoba
Historias de Endometriosis en - testimonio
Historias de Endometriosis en Lima
Historias de Endometriosis en Parla
Historias de Endometriosis en Lorca
Historias de Endometriosis en Inca
Historias de Endometriosis en Salinas
Historias de Endometriosis en Cáceres
Historias de Endometriosis en Madrid
Historias de Endometriosis en Gandia
Historias de Endometriosis en 17 Millones
Historias de Endometriosis en 1
Historias de Endometriosis en Quito
Historias de Endometriosis en Palma De Mallorca
Historias de Endometriosis en Mexico
Historias de Endometriosis en Guadalajara
Historias de Endometriosis en Córdoba
Historias de Endometriosis en 20000000
Historias de Endometriosis en Paciente
Historias de Endometriosis en Álvaro Obregón
Historias de Endometriosis en Estado De México
Historias de Endometriosis en Villavicencio
Historias de Endometriosis en Rio Negro
Historias de Endometriosis en Villa Maria
Historias de Endometriosis en Vulnerable
Historias de Endometriosis en La Union
Historias de Endometriosis en Ninguna
Historias de Endometriosis en Viedma.rio Negro
Historias de Endometriosis en Tengo Endometriosis
Historias de Endometriosis en Enferma
Cargando...