Lola Lara, Discapacidad, Ceuta, España.

Discapacidad

"Tener solo una vida no es suficiente"

Lola Lara

(Persona que cuida)

Lola Lara

Imagen de perfil de Lola Lara, Discapacidad, Asturias, España

Me había mudado a casa de mis padres, que vivían en la capital, cuando ya estaba próxima a dar a luz, por otra parte, algo muy corriente en la época.

El objetivo era procurar lo mejor para el futuro bebé: ginecólogos privados, clínica privada, etc. Tal era la ilusión, que hasta el coche de papá quedaba todas las noches aparcado en dirección a la salida de la calle por si a la niña “se le ocurría parir de noche”.

Y así ocurrió. El bebé nació y todo fue perfecto, (o así nos lo pareció a nosotros), durante tres meses y medio.

Y, de pronto,  sin previo aviso, llegó el mazazo, la oscuridad, la desolación y…la impotencia.

Porque el diagnóstico era certero e irreversible. Y, mi niño, con su vida en ciernes y un futuro que creíamos prometedor, empezó a morirse cada día un poquito hasta que desapareció y volvió a fundirse conmigo, ya que desde ese momento fui su cuerpo y su espíritu.

Pasé por todos los estadios: información exhaustiva para saber lo que me esperaba de por vida; renunciar a Dios, a la Vida, al Destino o a quienquiera que yo pensaba que era culpable…y, por último, después de un año de adaptación, ponerme a la tarea de quejarme menos y hacer más, o por lo menos todo lo posible.

A los doce años de todo esto y convertida en una experta en fármacos, terapias, discapacidad y recursos disponibles, decidí ponerme a estudiar una carrera, en concreto Psicología. Era lo único que podía hacer para relacionarme con profesionales en la materia, saber manejar términos y estar al tanto de que algún día se descubriera la tan ansiada cura o una ligera mejoría (también había aprendido que, entre una cosa y otra, existe un amplio espectro válido para alimentar cualquier esperanza).

Y ya han pasado 40 años.

"La mirada de mi hijo que lo dice todo, lo entiende todo y lo sabe todo"

Foto de la historia de salud de Lola Lara, Discapacidad, Asturias, España

Hablo en femenino singular porque siempre he ejercido de padre y madre, aunque mi hijo no es huérfano de ninguno de los dos.

Yo fui la que tuve que renunciar a una vida laboral fuera de casa, la que llevaba la agenda médica que medía de ancho diez centímetros, y la que hizo una Licenciatura, un Máster y tres Especialidades, entre otras muchas más cosas, de doce de la noche a tres de la madrugada, ya que aprovechaba el sueño de mi hijo para estudiar. (Bendita UNED).

A día de hoy estoy contenta con el camino recorrido, con la forma de enfrentarme a la adversidad perpetua y, por encima de todo, con la mirada de mi hijo que lo dice todo, lo entiende todo y lo sabe todo…

Su mirada lo sabe…

Premios Relatos Supercuidadores 2019.

Este testimonio ha sido cedido por http://cuidadores.unir.net, con autorización del autor; en colaboración para dar visibilidad a las personas que viven ante la adversidad en la salud.

https://cuidadores.unir.net/premios/relatos-v-edicion-2019/2506-tener-solo-una-vida-no-es-suficiente

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