Francisco Cosín, Discapacidad, Madrid, España.

Solo pretendo mandar una reflexión y un mensaje de ánimo a todos los que amamos nuestro trabajo, o los que pensamos que estamos para ayudar, hacer felices, ser parte de la vida de muchas personas, ser sus manos, sus ojos, ser parte de ellos, de sus risas de sus llantos.

Sé que alguna vez habremos pensado si nuestro trabajo sirve para algo, ya bien por todo lo que se ha convertido este mundo de residencias y cuidado de las personas mayores.

Primero hablaré sobre los dueños de residencias sin escrúpulos y lo que se ha convertido este mundo de residencias y cuidado de las personas mayores permitido por la pasividad de instituciones y grandes multinacionales sin corazón que gestionan la mitad del monopolio en Europa.

Les diría o más bien aconsejaría que con la cantidad desproporcionada que cobran a las personas, que se olvidaran un poquito de facturar a fin de mes, que valoraran la atención que las personas necesitan, la forma y como se debe dar, que pensaran en nosotros, en nuestra carga de trabajo, en lo que nos obligan a hacer y la frustración que sentimos muchas veces por no tener los medios suficientes para la atención, el esfuerzo físico, y el alma que ponemos.  

No somos solo “limpia culos", como nos denominan en el sector nuestro, somos más que eso, un abrazo, un beso  una conversación, comprensión, una sonrisa y tanto más…