F. Javier Hurtado
F. Javier Hurtado
Me llamo Francisco Javier Hurtado soy psicólogo y tengo diabetes.
Cuando me diagnosticaron la diabetes me acuerdo más de la respuesta de mis padres que de lo que yo sentí. Cuando te diagnostican diabetes con 10 años no sabes realmente lo que es, no te das cuenta. Lo que si te das cuenta es la reacción que están teniendo tus padres y especialmente mi madre que era de miedo y temor. Por suerte cogieron el toro por los cuernos y me ayudaron en todo momento.
No fui un niño especialmente rebelde y si en la adolescencia, a partir de los 14 o 15 años, empecé a darme cuenta de qué era esto de tener diabetes porque, ya uno se va haciendo más responsable de todos sus cuidados, de todo lo que tiene que hacer, empieza a entender cosas que me decían los especialistas con 10 o 12 años y que no entendía.
Fueron momentos difíciles y complicados pero que forman parte de esa evolución natural por la que todos tenemos que pasar hasta llegar al momento de adaptación y de estar lo mejor posible, con momentos mejores y momentos peores como todo el mundo.
La diabetes no me repercutió en mi relación con otras personas, así como la familia no la eliges, la tienes ahí, los amigos sí puedes elegirlos. Siempre he tenido amigos donde el principio fundamental era el deporte, eso ayuda mucho. Recuerdo que cuando salíamos tomaban refrescos y yo, el bicho raro, de aquellas, tomaba un refresco sin azúcar, todo era agua refrescos, montaditos… mi primera cerveza la tomé con 30 años.
La diabetes como enfermedad tiene las características perfectas que pueden servir de ejemplo de lo que puede aportar un psicólogo a una patología médica y que, por la tanto, el psicólogo sea totalmente necesario.
Casi todo el trabajo que el paciente y la familia hace es de carácter preventivo y la dinámica de la enfermedad hace que, tanto el paciente como la familia, estén constantemente tomando decisiones, lo que puede conllevar agotamiento, estrés o depresión.
Intento cuidarme todo lo que puedo en el 99% de los casos, y cumplo lo que recomiendo a los pacientes, en el 100% es imposible. Llevar el cuidado de una diabetes al 100%, durante todo el tiempo, no es real, es un objetivo utópico.
Lo que si es cierto, y que llevo siempre desde hace años organizando campamentos de verano para chavales con diabetes, es que debo servir, en lo que pueda, de modelo, en ciertos aspectos y debo ser un ejemplo positivo. No tendría lógica decirle a las personas como deben cuidarse y que después yo no lleve a cabo, sería incongruente.
Por muchas cosas negativas que ocurran siempre hay un sitio en el que se puede mirar y decir… “si, eso merece la pena”.
Testimonio cedido por Cairys, psicología y bienestar.
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