Alai Morales, Depresión y ansiedad , Fuera de España, Argentina.

 Estoy en terapia psicologica desde los diez años. Al principio iba porque era muy tímida, tenía dos amigas y no me relacionaba con nadie más que ellas, ni siquiera me podía abrir con mi psicóloga. Siempre respondía "no sé", a cualquier cosa que me preguntara, ademas tenía un miedo irracional a estar sola, si me dejaban sola en mi casa, en el auto o llegaban cinco minutos tarde a buscarme a la escuela, me ponía muy mal y empezaba a llorar. Estuve en terapia por esto un año y medio pero seguí yendo a pesar de haberlo superado.

A los doce o trece años empecé a tener síntomas depresivos y de bulimia. Mi mamá se separaba por segunda vez de mi papá, que es alcohólico, e hizo una denuncia por violencia de género y a mi papá lo sacó la policía de mi casa, con una orden de alejamiento. Yo no quería tener nada que ver con él, estaba muy enojada por todas las cosas que nos había hecho pasar a mi familia y a mi. En la primera separación la justicia me obligo a seguir viéndolo, pero como según ellos yo tenía edad suficiente para decidir que quería hacer, perdí el contacto con él y con mi hermano que estaba viviendo con él. Mi papá me insistía todo el tiempo porque quería hablar conmigo, a pesar de que yo no quería, y tampoco dejaba que viéramos a mi hermano. Yo estaba saliendo de la primaria y había perdido el contacto con todos mis amigos que, en ese momento, eran muy importantes para mi.

Todo esto y un complejo con mi imagen corporal desde que soy chiquita, llevaron a que me diagnosticaran depresión y bulimia. No comía y si lo hacia, empezaba a sentir la necesidad de vomitar para sacar todas esas calorías de mi cuerpo y no engordar. No me levantaba de la cama, lloraba todos los días, aunque ni siquiera supiera porqué. No hacia absolutamente nada, no salia, no hablaba con nadie, empezaba a tener pensamientos suicidas y muy de vez en cuando tenía ataques de pánico. A veces me lastimaba, aunque nunca fue nada muy grave.

Así terminaban siendo todos mis días hasta que cambie de psicóloga y empecé a abrirme un poco más. Empecé a ver a una nutricionista y a mejorar de a poco, hasta que después de un desmayo mis síntomas de ansiedad empezaron a aparecer, pero además de eso, también tuve algo llamado agorafobia, miedo a salir a espacios abiertos o con mucha gente, cuando estaba de vacaciones. Salía todo el tiempo, pero empezaba a sentir que me podía desmayar en cualquier momento porque me daba miedo y ansiedad salir por lo que empecé a quedarme encerrada, mientras mi familia paseaba. Si salía era solo a lugares vacíos en los que no hubiera mucha gente.

Una noche estaba cenando con mi familia en la casa de mis tíos y me empecé a sentir mal. Al principio pensé que era como siempre, un rato y se me pasaba, pero no, empece a temblar, el corazón me latía mucho mas rápido de lo normal, se me pusieron los labios azules y estaba muy pálida, sentía que me iba a morir, me costaba respirar y veía mal. Me llevaron al hospital mi mamá y mi tío que saben manejar bastante bien la ansiedad, me revisó una doctora, mi mamá le habló de mi depresión y mi bulimia, y me dijo que había sido un ataque de ansiedad, me dio un ansiolítico y dijo que volviera si me pasaba otra vez.

Hablé con mi psicóloga y me dio unas gotas naturales de valeriana para intentar controlar la ansiedad, pero no eran suficientes, así que cuando volví a mi provincia fui a ver a un psiquiatra, él me diagnostico agorafobia y un cuadro muy grande de ansiedad, empecé a tomar ansiolíticos y antidepresivos y empece a mejorar.