Angel Megino, Colostomia , Madrid, España.

Esta es su historia:

La cosa empieza en el 2011, cuando de repente empiezo a sufrir continuos mareos, más que mareos eran vértigos.

Tras dos meses de pruebas a una especialista, se le ocurre la genial idea, menos mal, de que me haga una resonancia. En esa resonancia observan un tumor en el cerebelo que había que extirpar quirúrgicamente.

Tras 3 semanas en el hospital, salí con un tumor menos, afortunadamente era benigno, y una válvula más, con un catéter cráneo-peritoneal para drenar los líquidos que fuesen apareciendo.

Ahora ya sí, llegamos a agosto de 2018, cuando se produce mi desgarro intestinal, un dolor de abdomen como nunca he sentido antes, me llevó a Urgencias de la FJD. Tras una ECO abdominal, tuvieron claro lo que pasaba, y había que actuar con rapidez, porque la materia fecal estaba ascendiendo por el catéter y corría el riesgo de que infectase el cerebro. Así que rápidamente me operaron en una doble intervención ya que había que arreglar el trozo de intestino roto y quitar el catéter.

Después de una operación de 6 horas, pasé a la UCI, donde les dijeron a mi chico y a mi madre que había sido una operación muy traumática. Aunque el pronóstico era que iba a estar en la UCI una semana y en planta dos, al final, solo pase 3 días en cuidados Intensivos y una semana en la habitación.

Si te digo la verdad, no fui muy fuerte cuando me dijeron que me habían tenido que poner una bolsa, me dio una llorera de campeonato. Y me sentí fatal cuando la enfermera me ayudó a cambiarme el disco por primera vez. Pero solo quería irme a casa y recuperarme.

Tardé 2 meses en que se cerrase la herida y en tener fuerzas para volver a trabajar.

El tema de la válvula de la cabeza es otro cantar, puesto que decidieron quitármela, al considerar que su función ya había llegado a su fin.

Así que me toca hacer revisiones, como las hacía antes, y si hay que volverla a poner, pues apechugaremos con lo que venga.