Joana Vinent, Artrosis, Illes Baleares, España.

Artrosis

"Aunque nos levantemos con dolor, o como yo digo que sigo con el dolor de la noche, un nuevo día comienza"

Joana Vinent

Joana Vinent

Imagen de perfil de Joana Vinent, Artrosis, Illes Baleares, España

Un nuevo día. ¿Dónde estoy? En una isla. La más grande de las islas. Mallorca, Islas Baleares. Aquí vivo. Alrededor el mar, el sol, la humedad, el viento, el frío, el calor. ¿Qué tal estáis? Soy Joana. También tengo una enfermedad, que me lleva todo el día por la vida, es osteoartrosis severa, ya poliartrosis… Nací en Mahón, Menorca, la segunda de nuestras islas. Allí vive mi familia, por parte de mi madre, hermanas, hermanos, tíos, y primos, que también tienen nuestra querida artrosis, con más o menos grados, la misma situación.

Nuestra isla está catalogada mundialmente como la isla para aliviar muchas enfermedades. Lo da la tranquilidad que se respira, el entorno, sus aguas cristalinas, la paz, sin stress, se vive calidad de vida, relajación, positividad. Pero eso lo puedes crear también en tu entorno por hostil que sea.

Aunque nos levantemos con dolor, o como yo digo que sigo con el dolor de la noche, un nuevo día comienza.

Yo desde hace más de 20 años tengo esta enfermedad hereditaria que no tiene cura: mi artrosis… Ya llevo cinco operaciones en mis rodillas por desgaste, no por accidente, esperando una próxima operación, que ya será la prótesis de rodilla.

Tengo un reto que es animarme, perder peso, nadar, y no decaer. Aunque mentiría si dijese que no tengo miedo, pues Sí. ¿Aguantarán mis cervicales? Las tengo mal y el cuello recto, y a consecuencia me dicen que tengo la vista borrosa a veces. Me dicen que por el stress todo da vueltas, todo por la misma situación.

Pero la vida sigue, claro que sí. Mi marido, mis cuatro hijos, mi familia, mi alrededor. Hay que gente que me necesita, y yo de ellos. 

Tengo suerte, sí, es verdad. Mi marido y mis hijos me hacen llevar el día a día, me ayudan a seguir, a aprender a vivir con el dolor. El mundo no se acaba.

"Para quién lea este testimonio, le aconsejo que juegue a vivir, a quererse, a aceptar los cambios, aunque cueste"

Foto de la historia de salud de Joana Vinent, Artrosis, Illes Baleares, España

Nadie sabe más que uno mismo dónde está, y como está. Sientes, sufres el cómo estás, pero sigues. Lo entiendes y aprendes a convivir con el dolor.

Mi cabeza dice: ¡Vamos!, pero mi cuerpo dice ¡¡Anda ya, seguro que sí, jajaja!!. Resignación, y a seguir. Me costó mucho este capítulo, y no digo que a veces no me dé rabia, pero la única solución es aprender a convivir con ello.

Cuando me diagnosticaron, me dijeron que no había cura de mi osteoartrosis, que tenía que tomar medicamentos para alivar el dolor, pero no curarlo, ALIVIARLO…. Terapia del dolor, psiquiatra, psicóloga. Terapia del dolor. Etc…

Luego pensé: ¿Qué haré? ¿Y mis hijos? ¿Y mi marido? Todo se cae a tu alrededor. ¿Y mi trabajo?. 

Me propuse, después de pensar mucho tiempo sola, en una frase que mi padre decía: “Sin prisa, pero sin pausa”. ¿Quedarme sin moverme? Malo, me quedaría bloqueada. ¿Moverme mucho? Malo, el desgaste es mayor. ¿Qué hago? ¿Cómo soluciono toda esta situación?.

Aprendí a convivir. MI cabeza decía vamos, pero mi cuerpo decía ¡NO!. Entonces el equilibrio fue la mejor base de todo. Hay días que te encuentras mejor, realizas más actividades. Otros que te levantas con más dolor. Intentas hacer técnicas de relajación, pasear despacio, disfrutar de tu alrededor, trabajar en lo que puedas. No limitarte a ser nada, ni nadie. Eso sí, intentando controlar tu situación.

Para quién lea este testimonio, le aconsejo que juegue a vivir, a quererse, a aceptar los cambios, aunque cueste.

Si te cercioras del día a día, y te enfadas contigo misma, no arreglarás nada. Tu alrededor será hostil. Pero si lo llevas poco a poco disfrutarás más. Tus amigos, que en la vida son lo que más valen, saben que estas allí, y no se ponen pesados. Confiésate. Diles que no os pregunten todo el día. Lo entenderán. Ya sé que nos cuidan, pero si están bien, todo fluye a tu alrededor.

Así que mi consejo es que mejor vivas, respires hondo, te relajes, te hagas amigo de tu dolor, y convivas con él, será la base de toda tu enfermedad. Haz tai-chi. Relájate. Quiérete. Habla contigo misma cada día y di que “Yo puedo”. Aunque cueste.

Ánimo a todos y todas. ¡Os quiero!

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