Francisco Ruzafa, Amputación, Almería, España.

Amputación

"Tengo muchas ganas de pelear por la vida, estoy absolutamente vivo y he asumido mis limitaciones"

Francisco Ruzafa

Francisco Ruzafa

Imagen de perfil de Francisco Ruzafa, Amputación, Almería, España

Me llamo Francisco Ruzafa tengo 62 años soy soltero sin hijos, vivo en la residencia de mayores Fuentevicar desde el 9 de Noviembre de 2015 que vine desde el Hospital Virgen de las Nieves en Granada. He estado encamado casi dos años y medio en esta residencia que me han estado curando de heridas en piernas y brazos, actualmente tengo piel en los brazos y en las piernas y todos los médicos me han dado el alta, me levanto en una silla de ruedas desde el mes de Octubre de 2017.

Mi historia actual empieza el 20 de Julio de 2015 cuando una bacteria de origen desconocido, según el diagnóstico de los médicos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde me derivaron después de una semana en la U.C.I. de hospital de Poniente de Almería, me provoca una sepsis aguda que me deja las secuelas y amputaciones que tengo. Amputación de pierna derecha por debajo de la rodilla, prácticamente no tengo nada de fuerza en esa pierna, amputación de los dedos de la pierna izquierda, se ha quedado un muñón deforme que no puedo apoyar todavía . No tengo fuerza en ella. En la mano derecha solo tengo el índice y el pulgar, en la izquierda me falta el dedo índice pero no puedo cerrar ninguna de las dos manos tengo calcificados los huesos de tanto tiempo sin ejercicio. En la mano derecha tengo un poco de fuerza. En la mano izquierda tenía muy poca fuerza y movilidad pero gracias al trabajo de los fisioterapeutas he recuperado un poco.

Eran poco más de las 7 de la tarde del día 19 de Julio de 2015, estaba echado en la cama cuando toca a la puerta un amigo, me costó mucho trabajo levantarme y llegar hasta la puerta, pero no pensaba que estaba mal, sentía que estaba débil que tenía una indisposición momentánea, abro la puerta y pasamos al comedor, me dice… “Paco tú te has visto, estás morado”, yo en ese momento no era consciente de nada pero esto, sí que lo recuerdo, llama a mi hermana que vive enfrente mío, ven la situación y llaman a urgencias, conozco al chófer de la ambulancia e incluso bromeo con él, no era consciente de la gravedad de lo que me estaba pasando, mis recuerdos se pierden cuando me sacan de la ambulancia en urgencias, de aquí me trasladan al hospital, a partir de aquí solo sé lo que me cuenta mi hermana. No tengo absolutamente ningún recuerdo hasta el 20 de Agosto del 2015 un mes justo después, lo único que tengo son recuerdos de sueños y pesadillas. Me ingresan en la UCI del hospital de poniente, le dicen a mi hermana que si ingreso una hora después hubiese ingresado cadáver, gracias a David, estoy vivo gracias a ti. En la UCI del hospital estoy una semana, dice mi hermana que esperando el momento de mi muerte, me cuentan que me ponen tantos tubos y cosas porque soy joven todavía que una persona mayor no aguantaría todo esto, tenía un montón de tubos y una válvula directamente del pecho al corazón, tenía una sepsis general que me había paralizado todos los órganos y los mantenían funcionando de manera artificial, en esta fase pase del color morado al negro y empecé a hincharme como un globo y a salirme ampollas en todo el cuerpo.

A la semana me mandan al hospital Virgen del Rocío en Sevilla a la unidad de grandes quemados en un helicóptero, en el aire tengo una parada cardiorrespiratoria de 2 minutos 48 segundos y consiguen reanimarme.

Despierto al recuerdo el 20 de Agosto, no comprendía nada, estaba todo vendado, el cuerpo, los pies, las manos, lo único que no tenía vendado era la cara y la cabeza, intentando comprender le digo ingenuamente a la auxiliar, esto es un sueño pero pronto me voy a despertar, me respondió brevemente no, esto es la realidad, no tuve sentimientos de nada, todavía no era plenamente consciente y creo que no recobre la consciencia total de mi realidad hasta que llegué a la residencia donde vivo hasta ahora, residencia de mayores Fuentevicar en Vicar(Almeria). Ese día 20 de Agosto me pregunta una persona… “¿Quién soy yo?”, y le respondo que Julio el cirujano que me operó, se echa las manos a la cabeza y dice… “gracias a Dios”, y  me cuenta, que hace una semana que lleva haciéndome la misma pregunta y le respondo que no sé quién es, y él me respondía cada día…, “Yo soy Julio el cirujano que te ha operado”,  se había echado las manos a la cabeza por la parada cardiorrespiratoria que sufrí en el traslado, creía que me había afectado al cerebro, pero el cerebro es lo que mejor me funciona. Al principio de mi despertar y hasta unos meses después decía a todo el que venía que me diesen algo para morir que yo había estado muerto y estaba mejor que lo estaba ahora, maldecía a los médicos que me habían salvado la vida. Actualmente tengo muchas ganas de pelear por la vida, estoy absolutamente vivo y he asumido mis limitaciones como cualquier persona a partir de aquí solo tengo ganas de trabajar, de hacer algo en lo que ocupar mi tiempo, ojalá alguien me dé la oportunidad.

En Sevilla me hacen un montón de pruebas para averiguar que me había provocado esto, el diagnostico final de los médicos es, amputaciones y secuelas producidas por un microorganismo de origen desconocido,probablemente una bacteria. Los médicos de Sevilla han terminado con su trabajo que era sacarme de la zona de muerte y me mandan a un hospital de Granada.

En Granada me hacen injertos y los rechazo, aquí empieza un calvario de dolor, en Sevilla me hacían las curas pero no sentía dolor, me sedaban, aquí tenía que aguantar a pulmón, me curaban todos los días, el dolor que sentía, me hacia gritar como no lo he hecho nunca y no me ponían nada por mucho que lo pedía, en el tiempo que pasé en este hospital he sufrido en las curas mucho, lo que no se pueden imaginar. 

"Estoy deseando probarme a mi mismo"

Foto de la historia de salud de Francisco Ruzafa, Amputación, Almería, España

Los injertos los empiezo a rechazar a la semana, aquí no pueden hacer nada por mi, tampoco saben con que curar mis heridas porque no saben que las había producido. Empiezo a ser un incordio para el hospital, aquí no pueden hacer nada más por mi y quieren que me vaya a mi casa para dejar la plaza del hospital libre para otra persona, me niego, soy soltero y sin hijos, estoy solo y no me voy a ir a mi casa en mi situación, lo comprenden y buscan una solución, buscarme una residencia que se encargue de hacerme las curas. En un par de semanas me mandan a una residencia de mayores en Almería, en la que estoy hasta la fecha. Llego el 9 de Noviembre de 2015, en una camilla.  

El tratamiento para las curas es el que prescribieron en Granada, como no aguantaban mis gritos empezaron a ponerme morfina pero en una dosis muy pequeña que no me hacia nada, el dolor seguía ahí. Al poco, me entra un estreñimiento horroroso provocado por la morfina. A los 4 o 5 meses sin obtener ningún resultado en las curas, me mandan a otro hospital. Aquí me cura una cirujana joven, me hace la cura con un nuevo producto, me dice que nunca había visto unas heridas como estas, solo en los libros. Pasan unos dos meses, las curas hasta entonces a pulmón, sin fármacos, con el mismo dolor y sin ningún adelanto. Viene un médico nuevo a la residencia y se da cuenta de mi situación y me manda un tratamiento que, menos mal, el dolor disminuía muchísimo, le estoy muy agradecido a este médico. 

Bien, no soy médico, por eso tardé en deducir 2 años y medio, que los problemas de piel los comprende un dermatolog@, y pedí que me mandasen a dermatología, así lo hicieron. Empezaron a curarme en el hospital un día sí y otro no, con una crema que la hacía un enfermero con la supervisión de la dermatóloga, a las dos semanas no tenía dolor, a los dos meses tenía piel en todas las piernas, que era lo peor que tenía, y en 6 meses me dio el alta. Si no se me ocurre decirles que me manden a dermatología, todavía estoy en la cama viéndolas venir. 

A primeros de diciembre de 2017, estaba echando la siesta, me despiertan y veo a Rafael, el enfermero que me dice..., "Vengo a traerte tu silla eléctrica", me puse a llorar,  era lo más grande que me había pasado desde que me ocurrió esto, me estaba dando la autonomía que necesitaba, las piernas que no tenía. Podía salir a la calle después de tanto tiempo, pasear tomar el sol, sentir el viento, pero, sobre todo, poder comunicarme con personas normales y poder ir a cualquier sitio a cualquier recado. Esto fue para mi empezar a vivir de nuevo, cada dia salia, quería conocer el sitio donde estaba, hablar con personas normales, la silla significo para mi un antes y un después, poder ir los domingos al mercadillo de Vicar a tomarme un chocolate con churros buenísimos. Empecé a conocer gente, mi vida dio un cambio radical. Esto me dio mucha fuerza y seguridad, el poder comunicarme con los demás fuera de la residencia, me abría una puerta de posibilidades nuevas.

Ahora quiero irme a Almería porque es el único sitio donde puedo dejar mi currículum a empresas, tengo la intención de trabajar, en Almería están ubicadas muchas empresas, que podía visitar, yo soy una persona autodidacta con experiencia y podría ayudar a alguna empresa con mi trabajo, estoy seguro que estando allí, en poco tiempo, lo tendría, necesito trabajar para ocupar mi tiempo y estar entretenido a la vez que pago mi SS hasta los 66 años y poder jubilarme. No me han jubilado porque me faltan tres meses para los 15 años de cotización, ahora cobro una pequeña pensión no contributiva, de la cual, se queda la residencia el 75% + el 4% de IVA. Puedo llegar hasta mediados de mes, el resto del mes sin un euro. Estoy a 20 Km de la capital, pero aquí no hay ni un autobús adaptado, si tengo que ir a algún asunto lo tengo que hacer en un taxi adaptado , ya me dirán ustedes que hago el mes que necesito el taxi. Mis argumentos no sirven para nada, me dicen que el traslado a Almería puede tardar dos o tres años.

Tres meses atrás era una persona dependiente 100%, me hacían falta los demás para todo, ahora mismo, bien organizado, mi dependencia se limita a que me tienen que lavar la ropa, hacerme la comida, darme alguna cosa y poco más, y todo esto creo que podría hacerlo también solo o acompañado. Estoy deseando probarme a mi mismo que no soy tan dependiente, el día que me vea en la cocina preparando una paella, no me lo voy a creer. La impotencia nos puede dar mucha fuerza en algunos casos, a mi me la ha dado. Le pido a la vida que me conserve la fuerza interior para seguir luchando, se que saldré adelante con ayuda o sin ella, cada día me conozco más, voy conociendo mis posibilidades y mis puntos flacos, si no me como la vida la vida me comerá a mi.

Mi intención es alquilar una casa en Almería y acondicionarla para mi realidad y a partir de aqui, ponerme a trabajar, no tengo un euro por eso pido la solidaridad de los demás, que me ayuden a salir de aquí de lo demás, me encargo yo.

He creado una campaña de crowfunding para recaudar 1.900 €, que es el dinero que estimo necesitaré: https://www.gofundme.com/un-centimo-es-mucho

Embajador Sergio Mesa Historia captada por Sergio Mesa, embajador de kurere.

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