Francisco Javier Muñoz, Adicción y toxicomanía, Ciudad Real, España.

Mi historia empieza desde muy joven donde empiezo a beber alcohol, con 14 años, por entonces, me juntaba con gente mayor que yo y queriéndome parecer a ellos, pensaba que por hacer lo mismo que ellos no pasaba nada, pero, poco a poco, fui consumiendo más y más.

Después vinieron los porros, poco tiempo porque me dejaban adormecido y no podía seguir de fiesta y, con 19 años, empiezo a tontear con la cocaína hasta el punto que ya no salía para otra cosa que para beber y consumir. Con 25 años me veo adicto al alcohol y a la cocaína.

Mi novia por aquel entonces, ahora mi mujer, me ayuda y voy a una asociación de alcohólicos durante cinco años; estoy bien, nos casamos, tenemos a una hija y la vida me iba bien pero, en 2010 mi padre fallece, yo sigo bien pero entre eso y más acontecimientos sucesivos, en la navidad de 2010 vuelvo a consumir y en cuatro meses consumí  todo lo que no había hecho en tanto tiempo.

Llegué al punto de quererme quitar lo más preciado que tenemos, la vida, pero se ve que no era mi hora y seguí adelante. Gracias otra vez a mi mujer y a mis tíos ingreso en un centro de desintoxicación en la sierra de Guadarrama, donde estoy un mes sin ver a mi familia y me doy cuenta que cuando los tenemos no los queremos y cuando no los podemos ver parece que no se puede vivir sin ellos. Estando aquí ingresado, me pierdo el crecer de mi hija y muchas más cosas, la comunión de mi sobrino y en ese día nunca se me olvidarán las palabras de un familiar muy especial para mí y fueron estas: "piensa que esto es una cima y la tienes que subir en bicicleta ahora estas abajo pero cuando llegues arriba todo el esfuerzo merecerá la pena" .

Y así fue, terminé mi paso por allí y volví a estar bien durante siete años, en ese tiempo, a los cinco años más o menos, me relajé tanto que comencé a beber alguna que otra cerveza sin alcohol, pensaba que no pasaba nada, era sin alcohol. Poco a poco nos juntábamos de comidas y fiestas en casa y un día probé el vino otra vez, de baja graduación claro, y poco a poco me quería convencer a mí mismo que lo controlaba, aun a sabiendas que eso no era cierto y un día consumo otra vez una raya de cocaína, solo iba a ser esa y se acabó; mentira otra vez .

Vuelvo al declive y al desorden en mi vida otra vez, engaños, estaba ya cansado, mi mujer me lo decía, que necesitaba ayuda y yo sin hacer caso. Pero entonces.  gracias a los que considero realmente mis amigos, Alberto y Luis Carlos, me ayudaron y me dijeron las cosas claras y a la cara, sin miedo ninguno, ya que yo siempre he pensado que la amistad se podía comprar y nunca se podrá comprar, y ellos realmente me han demostrado lo que es amistad, gracias chicos. Bueno pues ese día, me vine con Alberto y con mi mujer ha ablar con Emilio, era miércoles y el viernes empecé en la asociación.