Azahara Pino
Azahara Pino
Sufro endometriosis y fibromialgia. El dolor se ha hecho un buen aliado.
Cuando supe que tenía endometriosis, 4 años atrás, fue tras una laparoscopia ovárica bilateral, en la que descubrieron que era más serio de lo que parecía. En revisiones posteriores también aparecen focos en intestino y abdomen.
Fue duro, llegué a obsesionarme y pasaba horas y horas viendo qué era lo que me estaba invadiendo. Luego llegó el diagnóstico de la fibromialgia, y psicológicamente te hunde, sin hablar del dolor físico que esto supone. Intentas asimilar que el resto de tu vida vas a estar enganchada a medicación y tratamientos para parar los síntomas, sabiendo que no hay cura posible.
Nunca te acostumbras al dolor, pero sabes que siempre estará a tu lado.
Estas enfermedades me han arrebatado varias cosas, pero me han regalado otras muchas.
He conocido gente maravillosa que me han enseñado todo y me ha unido más a mi gente. Lo que más me ha enseñado, es que al miedo, lo que no hay que tenerle es eso, miedo. Hay que mirarle de frente y desafiarle "a ver quién puede más".