Maite Montón
Maite Montón
Soy Maite, abogada, blogger y paciente proactiva. Desde el año 2007 planto cara al cáncer. He tenido dos cánceres diferentes, mama y endometrio, y en la actualidad, tengo metástasis del cáncer de mama, me encuentro en Estadio IV, derivado de los procesos para controlar el cáncer de mama soy epiléptica. A pesar de ciertas limitaciones, tengo buena calidad de vida.
Con 29 años, recién casada y trabajando en lo que me gustaba y por lo que tanto había luchado, no fue la mejor noticia del mundo, evidentemente. Además, desde pequeña habíamos vivido casos de cáncer en la familia y pérdidas, por esta y otras enfermedades de miembros jóvenes. Y, de repente ahí está el cáncer, llega y pone patas para arriba tu vida hasta ese momento.
2007: cáncer de mama, ductal infiltrante, Estadio IIIB, afectación linfática, hormonodependiente. Quimioterapia + cirugía + radioterapia + terapia hormonal + menopausia química. La posibilidad de tener hijos se divisa a muy largo plazo y dudosa. Me encuentro en los juzgados defendiendo mi propia demanda por despido improcedente (que gano) y, unos meses después, inicio mi andadura empresarial. Linfedema
2008: cáncer de endometrio. Cirugía + braquiterapia. Tener hijos biológicos ya no es posible, menopausia, quirúrgica, a los 31 años.
2009, 2010, 2011, 2012: "Libre de enfermedad".
2013: Mi primera craneotomia. Error, no biopsia, el neurocirujano no toma muestra de la lesión en la calota y me quedo sin diagnóstico, tras pasar por quirófano para abrir mi cabeza como si fuese una sandia.
2014: Me detectan las metástasis óseas del cáncer de mama.
2015: Segunda craneotomia para reseccionar metástasis en la duramadre y, de regalo, epilepsia.
2016: Recaída metástasis en la duramadre y radioterapia. Finales de año, detectan nuevas metástasis óseas, ganglionares e hígado.
Desde 2017: Quimioterapia, anticuerpos monoclonales, terapia dirigida, tratamiento endocrino.
¿Cómo se supera? Aprendiendo a convivir con la enfermedad, no negando la realidad y viviendo día a día con optimismo e ilusión, actitud positiva-realista. Por supuesto, mi entorno es muy importante, familia, amigos y profesionales sanitarios son mis puntos de apoyo.
Estoy bien, viva y con ganas de seguir viviendo que no es poco. Con un montón de proyectos que me motivan y me confirman que soy más que una paciente de cáncer, tengo una enfermedad pero no soy la enfermedad. La enfermedad está en mi cuerpo, sin embargo, no le pertenezco, soy dueña de mi vida.
Controlar la mente, nuestros pensamientos, es importante, aunque haya momentos de bajón, que es normal, vuelves pronto a la actitud positiva y a querer comerte el mundo. Y, otra cosa, he aprendido a asumir mi mortalidad, teniéndole menos miedo a la muerte; ya casi me da más pena, cuando lo pienso, el dolor que le producirá a mi familia, que el hecho de morir, ya que sé que el dolor se puede controlar.
Por tanto, VIVAMOS siempre #HACIENDOLIMONADA.