Nuria Ovejero
Nuria Ovejero
Cuando todo empezó tenía 25 años. Hacía unos meses que me quejaba de dolores de barriga y de espalda y al final decidieron hacerme una colonoscopia. Era una prueba que me daba mucho miedo porque todo el tema de las agujas me provocaba pesadillas y el pinchazo de una simple analítica me mareaba. Sabía que había algo en mi cuerpo que no funcionaba bien pero no podía imaginar lo que iba a ser. Al despertarme de la sedación, vi que se acercó el doctor y yo, todavía atontada, le dije: ¿Tengo cáncer, verdad? Y así era. El cáncer era fruto de la poliposis adenomatosa familiar, que aunque es una enfermedad hereditaria, yo era un caso nuevo.
Tenía el colon lleno de pólipos y tres de ellos ya eran tumores. El 23 de febrero del 2012 me realizaron la primera operación: una colectomía total con reservorio ileoanal en J. En principio todo tenía que terminar con esa operación, unos meses de llevar bolsa, y luego otra operación para volver a empalmar el intestino.
Pero no fue así. Todavía estaba ingresada en el hospital cuando el cirujano me comunicó que ya tenían los resultados del informe patológico y que debería someterme al tratamiento de quimioterapia. Cuando me lo dijo me cubrí con las sábanas y empecé a llorar. No quería hacer quimioterapia, no quería quedarme calva. Por aquel entonces me daba miedo lo desconocido, en realidad da más miedo la palabra quimioterapia que la palabra cáncer. Pensaba que estaría enferma durante todo el tratamiento, sin poder moverme de la cama, vomitando, con náuseas. Fue entonces cuando busqué por internet si había algún blog donde poder ver la experiencia de alguien que había pasado por aquello y saber cómo se vivía durante los meses de tratamiento. Pero buscando folfox 4 esquema mosaico lo único que me salía eran los efectos secundarios que ya me había comentado el oncólogo así que no podía saber lo que sentía o como era la vida de un paciente con la quimioterapia que me iban a realizar. Y así decidí hacer mi blog donde iba a contar como me sentaban los ciclos, que efectos notaba, como me sentía y sobre todo como era mi vida durante el tratamiento.
Porque todo aquello que me había imaginado debajo de las sábanas del hospital no era cierto. Se puede vivir como siempre, o es más, yo viví aquellos meses mejor. Disfrutando de cada momento, celebrando cada quimioterapia que finalizaba. Desde bien joven estoy acostumbrada a acompañar a mi novio a las carreras y creía que no podría hacerlo durante el tratamiento pero afortunadamente no fue así. De hecho, la mayoría de las veces, al terminar el ciclo, volvía a casa me duchaba e iba directamente al aeropuerto con mi primo que me acompañaba en todos los viajes. Realicé 8 ciclos de quimio y 23 de radio, el tratamiento duró de abril a septiembre del 2012. Nunca vomité, pocas veces tenía náuseas y lo más importante para mí era llevar una vida normal. Es verdad que durante los días de tratamiento estás más cansada y apagada pero en general estaba muy contenta de cómo estaba llevando la enfermedad. Creo que si te encierras en casa estás perdido.
Después me fueron haciendo controles y en marzo del 2013 me quitaron la bolsa y conocí lo que realmente significa vivir sin colon. Las nutricionistas del hospital me dijeron que debería seguir una dieta astringente, con pocas verduras. Pero al cabo de unos meses me cansé porque quería incorporar algo de hortalizas y verduras y me explicaron cómo hacerlo y tras mucho esfuerzo pude incorporar más alimentos. Yo ya pensaba que toda esa pesadilla era cosa del pasado. Pero…
Un viernes de mediados de junio del 2014 me realicé un tac de control. Esa misma tarde me llamaron del hospital para decir que se tenía que repetirlo y me puse histérica. El lunes me lo repitieron y el oncólogo me dijo que se veían unos implantes en el peritoneo y que me llamarían para hacerme un PET TAC en un hospital de Barcelona. Llegué a casa y ya llamaron para darme hora al día siguiente. Las cosas estaban yendo demasiado rápidas y eso no era una buena señal. El oncólogo me confirmó lo más temido… ¡Tenía metástasis! El tienes cáncer es duro…pero el tienes metástasis… ¡Si sólo tenía 27 años y toda una vida por delante!
Al igual que los prejuicios que le tenemos a la quimioterapia, también los tenemos con la palabra cáncer. Para nuestra sociedad es sinónimo de muerte. ¿Y las metástasis? Buah…todavía recuerdo la reacción de mi cuerpo y como entré en una nube en la que no era capaz de procesar nada de lo que me explicaban. Intenté restarle importancia a lo que tuviera y continuar como siempre lo había hecho. Coincidencias de la vida, el día del tac me topé con un libro llamado “Mis recetas anticáncer” de Odile Fernández y allí mi vida cambió. Cambié radicalmente mi alimentación y adopté una dieta vegetariana, para después ser vegana y ahora intento ser lo más crudivegana posible.
Una vez más no sabía bien lo que me esperaba, me dijeron que volvería a hacer quimioterapia y si funcionaba realizarían la operación HIPEC siguiendo la técnica de Sugarbaker. Antes realicé 7 ciclos de quimioterapia y eso fue un infierno total. Junto a la quimio me ponían un anticuerpo monoclonal que provocaba acné. Pero me causó una reacción terrible, fueron los peores momentos de mi vida, nunca había sufrido más. El contacto de mi cara con el aire me dolía y solo lograba aliviarlo con algodones bañados en manzanilla. No me podía dar el sol y en los centros comerciales me molestaba el aire…¡Y los comentarios de la gente! Así que me quedaba siempre en casa, no conseguía llevar una vida normal y no era feliz. Por eso insisto tanto en que es muy importante no quedarse encerrados en casa.
En diciembre intentaron operarme pero al abrir vieron que la localización de uno de los tumores dificultaba la operación y tenían dos opciones, cerrar tal cual o quitar todo el intestino delgado por lo que debería alimentarme siempre con nutrición parenteral. Afortunadamente mis padres y mi novio escogieron bien. Cerraron tal cual y me volvieron a poner una bolsa. Al principio no me gustaba la idea de volver a llevar bolsa pero he de reconocer que se vive mucho mejor.
Le pregunté al cirujano que pasaría. Me dijo que la operación no se podía hacer y que lo único que me quedaba era la quimioterapia. Y me dijo algo horroroso. Me quedaban entre 4 y 14 meses de vida y a la que dejara de funcionar la quimio, unos 4. Teníamos que casarnos en septiembre de 2015 y me dijo que adelantara la boda. Pero no lo hicimos. Hice 13 ciclos pero ya estaba harta de tratamiento y todo el estrés que supone, a pesar de que lo estaba llevando bien y podía soportarlo. Finalicé mi último ciclo de quimioterapia el 1 de julio del 2015. En principio pactamos con el oncólogo una pausa antes de la boda, para poder descansar y disfrutar del verano que no pude disfrutar el año anterior cuando tenía toda la cara “quemada”.
Continué con mi dieta, meditaciones, sesiones de hipnosis, algunas plantas e infusiones mucho verde y nunca ha sido necesario reiniciar el tratamiento. Pues los tumores se fueron reduciendo sin él, hasta que en Septiembre del 2016 llegó la sorpresa: ¡Sin signos de recidiva! Ponían los resultados del TAC. Han pasado ya dos años y un mes de mi última quimioterapia y todos los controles continúan perfectos. Las palabras de ese cirujano se convirtieron en una motivación para mí, tenía que lograr lo imposible y demostrar que todo es posible. No os rindáis, nunca. Todo es posible si nos dedicamos al 100% para conseguirlo y se creemos ciegamente en lo que hacemos. Gracias cáncer, gracias metástasis, porque a pesar de haberme hecho sufrir, habéis sacado lo mejor de mí y me habéis enseñado lo que realmente es vivir, querer, amar. Lo que realmente importa en esta vida.
Aquí os he contado muy resumida toda mi historia con el cáncer pero os invito a leer mi blog naimer25.blogspot.com donde encontraréis entradas hablando sobre todas las 28 quimioterapias que he realizado, las operaciones y lo más importante los cambios de estilo de vida que he realizado y tanto me han ayudado.
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