Encarni Pérez
Encarni Pérez
Mi nombre es Encarni Pérez tengo cincuenta y ocho años y tengo espondiloartrosis generalizada.
Desde hace aproximadamente unos ocho años, comencé a tener dolores primero fueron las rodillas, después comencé por un hombro, posteriormente fue la zona lumbar, estando en estudio de todas estas cosas, comienzo con vértigos, este verano comencé por la zona derecha de mi mandíbula y ahora estoy comenzando por mis manos.
Después de radiografías, resonancias, TAC… ¡comienzan a creerme!.
Tengo bastante artrosis en ambas rodillas y una condromalacia en grado IV; por supuesto me dicen que soy muy joven para ponerme prótesis y de momento yo tampoco quiero; en el hombro me dicen que también tengo artrosis y muchas calcificaciones; en la zona lumbar además de artrosis, tengo una hernia discal y varias protrusiones y en la zona cervical otra hernia y por si esto fuera poco comienzo a tener problemas en mi mandíbula con dolores que no me permiten masticar ni comer bien; estoy a la espera de unas pruebas pero ya me han dicho que es otra articulación que está afectada, por lo que tengo que comer despacio y cosas blandas.
Actualmente estoy en la Unidad del Dolor; me dan infiltraciones tanto en rodillas como en la zona lumbar con PRP, Ácido hialurónico, Toxina Botulítica, corticoides y un largo etc., pero de momento no he encontrado mucha mejoría.
Cuando me empezaron a diagnosticar tantas patologías, el mundo se me vino abajo, porque era una persona muy activa, con una vida normal y ahora en mi día a día me encuentro muy limitada por los dolores que tengo; subir y bajar escaleras es un suplicio, al agacharme me pasa igual; cuando ando mi dolor está en mi zona lumbar y se me baja a ambos cachetes, lo que me dificulta andar durante mucho tiempo; tampoco puedo permanecer mucho tiempo sentada, incluso hay noches que hasta en la cama el dolor es molesto.
Trabajo desde hace treinta y un años en un colegio de Educación Especial, por lo que en mi trabajo hay que coger muchos pesos, llevar sillas de ruedas, permanecer mucho tiempo de pie, etc. Aunque me gusta mucho mi trabajo, no me beneficia en todas mis “patologías”; actualmente estoy de baja médica.
Lo que más me beneficiaba era ir a piscina terapéutica; éramos un grupo con diferentes patologías, el cual me beneficiaba tanto a nivel físico como psicológico, pero a raíz del COVID-19, todo está parado, ahora procuro hacer ejercicios en casa.
En cuanto a mi estado anímico, hay días que estoy bastante mal, porque no puedo hacer todo lo que me gustaba, por eso hay días que lo llevo regular, aunque intento ser positiva, y hacer en todo lo posible que mi estado de ánimo sea el mejor, dentro de mis posibilidades.
Yo intento no estar deprimida y sobre todo no venirme abajo, ya que hace tiempo tuve una depresión y salir de ella me costó mucho y lo que no quiero es entrar otra vez en algo parecido… la depresión fue por un problema familiar y no por la artrosis.
Me gusta mucho leer, y me meto mucho en la historia y esto me vale para evadirme de mis pensamientos negativos de mi actual situación, soy una devoradora de libros.
Intento buscar actividades que me gusten, aunque vivo en un pueblo donde no hay mucha variedad. Actualmente voy como oyente a una universidad a distancia, y también estoy en un club de lectura. Procuro ser una persona activa y en mi día a día es luchar por mí, buscarme actividades que me sean gratas, si mi mente la dejo sin actividades, tiendo a regodearme en mis dolencias y es lo que quiero evitar a toda costa. Procuro no pensar en lo que tengo, aunque haya muchos días malos.
Voy cumpliendo años y quiero hacer actividades que no he podido hacer antes por mi trabajo (llevo trabajando desde que tenía catorce años y mi vida siempre ha sido trabajo y casa) como hacer senderismo, que sé que no voy a poder hacer ahora ni en el futuro, pues no puedo hacer caminatas largas y eso me hacer sentir mal y me entristece, por eso intento hacer cosas que me sean agradables...
Tanto mi marido, como mi hija (la cual estudia fuera), cuando vuelven a casa me parece que no me entienden por lo que yo estoy pasando; no encontramos el apoyo que necesitamos ni dentro de casa ni fuera, pienso que no somos entendidas y esto también nos afecta emocionalmente.
Lo único que queremos las personas con dolor es que nos escuchen solo eso.
Es difícil que las personas que no viven directamente este tema nos entiendan. Hace poco hablando con mi hija yo le decía que tenía que “ponerse en mis zapatos y andar con ellos para que me entiendas como estoy”, pero buenos al final ella lógicamente está haciendo su vida, que es como tiene que ser realmente.
Que importante sería que las personas de vez en cuando se pusieran en nuestra piel...
Hay días que tiraría la toalla y digo bueno, pues ya está, pero otros digo que no, pues tengo que seguir; creo que tengo todavía vida y puedo seguir dando mucho de mí y tengo que seguir haciéndolo por mí y por las personas a las que quiero, como por ejemplo mi madre que ya tiene ochenta y tres años y vive sola.
Me gustaría poder hablar con otras personas que puedan tener la misma dolencia y que de verdad te escuchen también a ti, pues hay personas que te oyen, pero no te escuchan; en muchos casos las personas tendemos a no escuchar a la otras y nos centramos exclusivamente en lo que nos pasa a nosotros. Muchas veces lo que nos pasa es que nos vamos guardando nuestros sentimientos, emociones, y poco a poco vamos llenando nuestras mochilas y llega un momento que están tan cargadas que no podemos tirar de ellas y hay que ir vaciándolas.
Escuchar es una actividad que precisa de empatía.
Yo sé que hoy por hoy la artrosis no tiene solución como enfermedad degenerativa que es. Además yo he tenido más papeletas, por empezar a trabajar muy joven, con 14 años, con mi madre con bastante artrosis; en definitiva, me he desgastado antes de tiempo, por decirlo de alguna forma.
Llevo tiempo que intento que el día de hoy sea un poco mejor que el de ayer y cuando hay días malos y tengo más dolores entonces yo ese día digo... “ya está, ya se ha despertado mi compañero molesto de piso”. Así comparo yo mi dolor… prefiero que duerma, pero que no moleste.