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Pili Leal, Adicción y toxicomanía, Coruna, A, España.

Adicción y toxicomanía

"Renacer a los treinta y seis"

Pili Leal

Pili Leal

Imagen de perfil de Pili Leal, Adicción y toxicomanía, Coruna, A, España

Hola, me llamo Pili tengo 42 años, vivo en Puentes un pueblecito de A Coruña. Soy adicta, a finales de Mayo cumpliré mis primeros seis años de abstinencia. De entrada, tenía todas las cartas en la mano para no consumir alcohol. A los dieciséis años, conduciendo mi tío, un conductor ebrio se nos echó encima, accidente del que salí con grandes secuelas, y limitaciones en mi vida.

Mi padre era alcohólico, pasando por una cirrosis micro nodular hepática de origen etílico, y más tarde un cáncer de colón, falleciendo en el 2007. Pues con todo esto, no fui capaz de aprender lo malo de la ingestión del alcohol, o puede ser que ya hiciera uso abusivo en esa época, sin que todavía resultara preocupante, porque tampoco puedo precisar en qué momento de mi vida comencé a utilizar la botella para todo.

Después del accidente de tráfico, viví una época en Burgos con mis tíos, ciudad dónde llevé a cabo mi rehabilitación para poder a caminar y mitigar el dolor. Regresé a Galicia y me fui a la universidad. Regresaba a mi pueblo todos los fines de semana, dónde trabajaba poniendo copas en un pub. Mis amig@s y mis primos, se pasaron años y años diciéndome que tenía un problema con el alcohol, yo no oía nada, sobretodo mis primos David y Susana, siempre con alternativas que yo no tomaba ni escogí .

A finales de los noventa, ya era bastante evidente. Abandonada la carrera, regreso a casa de mis padres, un buen día mi padre decidió proponerme ir a Adiante (año 2001), una asociación de alcohólicos de As Pontes, en esa época no tenía ninguna intención de dejar el alcohol, me duraba la concienciación un día con mucha suerte, así al día siguiente de asistir a terapia volví a beber. En esta época trabajaba en una panadería por las noches, de regreso a casa paré muchas noches a comprar botellas. Poco a poco algo fue entrando en mi cabeza, y dejé de beber, GENIAL YA ESTABA CURADA, si de espantos, pero todavía no lo sabía. Así, comienzo una relación con Fernando; hermano de dos de mis íntimas amigas, y adicto, en aquel momento en abstinencia. En el 2004 decidimos irnos a vivir a Londres y no hubo forma de pararnos.

¿Cuánto tiempo tardé en beber?, el que tardé en tener una justificación válida para mí, la vida en Londres nos iba genial y entonces tuve que esperar un poco, y esa justificación llegó, una tarde en la que mi padre me anuncia que le han detectado un cáncer de colón con muy buen pronóstico, y que en unas semanas lo operaban, sin preocupaciones, tranquilo, sin dramas, esperanzado e ilusionado. Colgué el teléfono, en la mesa de la cocina había una botella de aguardiente llevada de Galicia(Fernando consumía alcohol), un buen vaso, que yo me bebí de golpe,(llevaba dos años y unos meses sin tocar alcohol), salí al jardín, le conté las novedades a Fernando, me bebí su vaso de vino y me fui a la licorería a comprar más alcohol, tres botellas de Jack Daniels, una para llegar a casa, otra para casa y otra para Fernando. Esa fue mi caída, cuento lo que bebí ese día, porque siempre lo hice así, de forma compulsiva, si podía ser bourbon genial, pero sino lo que encontrase de la mayor graduación posible.

Pues ahí comenzó mi gran recaída, y Fernando conmigo, heroína y cocaína, pastillas, alcohol, o yo con él, no estoy segura. Los primeros años manteniendo las formas, al menos a nivel trabajo, los dos camioneros a ruta internacional, pero los últimos un descontrol total; en mi caso se agrava y mucho en el 2007 con la muerte de mi padre. Convertimos nuestra vida en un infierno, incontrolables. Yo perdí el miedo al mundo de la heroína y cocaína, por “suerte” ya tenía muy ocupado mi cerebro con el alcohol y no me enganché, pero esto sólo fue cuestión de suerte y tiempo, también sé que hoy en día si toco una gota de alcohol, me voy al poblado en un tris. La más inteligente en esa relación, fue Lana, nuestra perrita, nunca se acercaba a nosotros cuando habíamos consumido, y un día supongo que harta, la bajé al parque como todos los días, pero ella decidió no volver, con chip incluido, nunca apareció.

Una de tantas noches de descontrol tremendo, 2012, Fernando se autolesiona en un brazo, hospital, aviso a su familia y a la mía, la suya aparece y se hace cargo de él. Acude mi amiga Estela y su madre, y una vez más se hacen cargo de mí. Regresé a Adiante, pero era insuficiente con mis circunstancias y mi deterioro, me derivaron a una comunidad terapéutica de Proyecto Hombre en Santiago, un añito, muy, muy complicado. Ingresé con el firme propósito de aguantar lo máximo posible. Entre las muchas cosas que vi allí, fue que Fernando y yo nos queríamos mucho, pero no sabíamos querernos, nos habíamos destruido. Salí de comunidad, con la convicción, de que no podíamos estar juntos, y en el 2014 firmamos el divorcio. Por desgracia, estando en pleno proceso, mi primo David enfermó, y se murió, fue un golpe muy duro, yo había ingresado sin atreverme a hablar con él, sabiendo que le había fallado, aprendí con este terrible hecho, a vivir a sobrellevar esos golpes de la vida, sin una botella, sin eludirlos, con naturalidad, el dolor se tolera.

"Vida solo hay una y merece la pena vivirla. GRACIAS"

Foto de la historia de salud de Pili Leal, Adicción y toxicomanía, Coruna, A, España

Al finalizar mi comunidad, regresé a casa de mi madre, con el objetivo de recuperar mi rol familiar pero no hubo encaje posible. En pleno proceso de reinserción dentro del programa de PH, no era viable, con la situación con mi familia.

Regresé a Adiante, en septiembre 2013 y ahí sigo, encontré en la Asociación como siempre que acudí, un sitio, un espacio donde hablar, donde no ser juzgada, fuerza, ánimo y un enchufe donde recargar las pilas de mi rehabilitación. Ahora era el momento de comenzar mi rehabilitación, teniendo claro que este es un trabajo a realizar todos y cada uno de los días. No fue sencillo, sin trabajo, sin dinero, sin apoyo familiar, pero si con mis amigas, Susana y sus hijos, y la Asociación; pues ya está contaba con eso: a trabajar, hubo días muy duros; sobre todo en casa de mi madre, intenté encajar por todos los medios pero fue una misión imposible. En febrero del 2014 encontré trabajo, de interna cuidando un señor, y allí que me fui, en mi día libre: asociación, y Estela me ofreció su casa para vivir con ella; y aquí comencé a remontar.

En ese mismo año, comencé una relación con mi pareja actual, Román no fue sencillo, pertenecía a la Asociación, una vez más me fijaba en un ex adicto, no me gustaba la coincidencia, pero también es verdad que mi circulo en ese momento era ese, y había una diferencia muy importante, Román llevaba 13 años sin consumir; además a nivel pareja yo me había destruido y mucho con mi anterior relación, no quería volver a pasar por ahí, ni hacer pasar a nadie, pero con la ayuda de Belén, la psicóloga de la Asociación, mis amig@s, con mis ganas de trabajar mis problemas, con la paciencia infinita de Román, decidí seguir adelante, y llevamos casi cuatro años fantásticos de relación. En realidad, todo lo que me frenaba para no estar con Román eran miedos, y comparaciones con mi vida anterior, pero es cierto, los miedos se enfrentan, se trabajan, y las comparaciones son odiosas.

Con casi seis años de abstinencia, puedo decir que soy una persona feliz, pues como todos con sus días buenos y malos. Con todos mis prismas, con mis luces y mis sombras. Merece la pena dejar de consumir, las drogas sólo me habían adormecido, me habían hecho creer en una realidad que no existía, y me habían dejado a merced de la voluntad de otras personas; que eso no vuelva a suceder está en mis manos, sólo yo lo puedo decidir, pero eso sí con AYUDA: la Asociación, mis grupos, todo el movimiento creado en la lucha contra las adicciones, mis amig@s, y mi compromiso con todo ello.

A mis amig@s, especialmente a Estela(mi mente lúcida), Susana y los niños, Eva GRACIAS por quererme tanto y tan bien; sobre todo en las épocas en las que yo misma me odiaba y me destruía. Gracias por vuestros límites: “te quiero, pero así no”, ”si vas venir mal, mejor no vengas” por vuestra fuerza y coraje, por confiar en mí, cuando ni yo misma lo hacía; por haberme ayudado tanto cuando no tenía nada, sin herirme, sin echármelo en cara, por adelantaros a mis necesidades y cubrirlas; por enseñarme que no depende de las circunstancias, si no de la gestión que de ellas se haga y que consumiendo no gestionaba nada. 

A Adiante con sus técnic@s GRACIAS por siempre tener las puertas abiertas, por tener siempre enchufes disponibles con descargas de rehabilitación, por estar ahí, porque hacen una gran labor. Sin vuestro trabajo y aportación no lo hubiese conseguido. Mención especial a Belén Pardo, la psico, por sus ganas, su sonrisa, su fuerza, su luz serena, por ser tú y por todo lo que me has ayudado, y me ayudarás, porque tienes un espacio muy especial en mi vida, en su restauración y en mi rehabilitación. A mi grupo de terapia, GRACIAS por compartir, escuchar, y apoyar. Especialmente a todas aquellas personas de este grupo, que en mis momentos más peliagudos, estuvieron ahí allanándome el camino, con mucha elegancia, sutileza y firmeza. 

A Román GRACIAS no por ser mi pareja, con todo lo que conlleva; pero si por hacer suyas mis heridas y mis cicatrices anteriores, por ayudarme a cuidarlas, buscar apósitos para que duelan menos y no se enquisten. 

A Proyecto Hombre, GRACIAS por haber comenzado a domar mi fiera y demostrarme que podía cambiar, por vuestra firmeza y determinación. A todos aquellos dispositivos a los que acudí, dando palos de ciego, pedirles disculpas por haberles hecho perder su tiempo, pero que algo quedó en mi de cada uno de ellos. Por haber intentado ayudarme, por haber tenido la paciencia de atenderme, cuando eran conocedores de que no iba a salir bien, pues yo era la que no quería. 

Decir que si volviese atrás, no elegiría pasar por aquí, pero eso ya no lo puedo cambiar. Soy la que soy por mi camino recorrido, mis aciertos y errores, que merece la pena vivir, libre de consumos, que se ahorra mucho tiempo, energía, y salud.

Vida solo hay una y merece la pena vivirla.

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