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Carlos Martos, Adicción y toxicomanía, Cádiz, España.

Adicción y toxicomanía

"En busca de mi libertad"

Carlos Martos

Carlos Martos

Imagen de perfil de Carlos Martos, Adicción y toxicomanía, Cádiz, España

Me llamo Carlos, soy de Cádiz, pero vivo en un pueblo de Toledo cerca de Illescas, mi pareja es de aquí por eso vivo aquí, tengo 39 años, llevo 2 años y 3 meses en abstinencia y llevo 1 año sin fumar, que conseguí también gracias a la asociación AARIF.

Empecé a beber bastante joven, como hace casi todo el mundo, con los botellones y demás. Soy soldador, empecé a trabajar a los 19 años, en Cádiz en los astilleros y allí cuando sales de trabajar siempre quedas con gente, siempre más mayor que yo y vas consumiendo cerveza todos los días, cada vez va a más hasta que me vi que no podía parar, era un consumo excesivo de cerveza.

Todo empezó trabajando en Ceuta, estuve 3 años, fui con 24 años, siempre hice mucho deporte, gimnasio, mi bicicleta, también jugaba al fútbol, estaba todo el día con el deporte y allí se consumía dentro del trabajo, era un trabajo de mantenimiento y los días que no había nada que hacer, se consumía cerveza, empezó una dinámica de beber en el trabajo, cuando salí en vez de irme para casa, salía a consumir más, a los bares.  Esto me quitó del gimnasio, de hacer vida con el deporte y ahí es cuando despertó la adicción, a los 25 años más o menos.

Siempre traté de ocultar a mí mismo que tenía un problema, mi familia se daba cuenta y me avisaban, siempre trataba de justificarlo, pensaba que lo podía dejar cuando quisiese y no me parecía para tanto, trataba de auto convencerme y de engañarme, pero te vas dando cuenta de que no puedes pasar sin el alcohol.

Conocí a la que es actualmente mi pareja, estaba trabajando en Tarragona i decidí venirme para aquí. Esto fue en marzo de 2016. A ella le ocultaba mi consumo de alcohol en grandes cantidades, pero ella tonta no era y a los 3 o 4 meses, se dio cuenta, vio que faltaba al trabajo, por haberme pasado la noche anterior, y que el consumo era contínuo, no se podía seguir así. Me comentó que había que buscar una solución o que había que dejarlo.

Ahí me di cuenta que había que poner fin a la situación, fuimos a mi doctora de cabecera y le contamos el problema, la enfermedad, o la adicción, como queramos llamarlo y ella fue la que me derivó a la asociación AARIF. Gracias a Dios, es una persona que comulga con estas asociaciones, porque hay otros médicos que no lo hacen. Me dio la dirección y el teléfono, llamé, fui por allí, me hicieron una entrevista a mi pareja y a mí.

Al principio fui asustado, no sabía dónde me había metido,  no iba a volver a beber una cerveza en la vida. Costó mucho, soy de Cádiz, tengo allí un hijo de 11 años de una relación anterior, viajaba mucho a verlo y me dijeron que durante un año no podría ir, no podría llevar dinero, no podría salir de casa, todo enfocado a fortalecer la personalidad y poder decirle no al alcohol. Ese año fue muy duro, discusiones con mi pareja, mosqueos en la asociación porque me decía cosas que no me gustaban, pero llevaban razón, pero poco a poco me fui integrando.

A los 6 meses más o menos de entrar en la asociación y a raíz de las conversaciones con la psicóloga me di cuenta de que lo que tenía, era una enfermedad.

"Es duro, pero con ganas y fuerza, se puede"

Foto de la historia de salud de Carlos Martos, Adicción y toxicomanía, Cádiz, España

A día de hoy ya tengo el curso de coordinador, estoy en las terapias y estoy bastante implicado. Me ayuda mucho estar implicado porque te crea un vínculo, no te desactivas, siempre estás pendiente, es muy importante para evitar las recaídas.

Mi pareja y mi familia son una ayuda muy grande,  me animan mucho, cuando festejamos las navidades lo hacemos sin una gota de alcohol, lo aceptan, al principio, me daba reparo por ellos, pero me dicen que no me preocupe,  se lo tomaron muy bien y mis padres están encantados porque han vivido mucho mi alcoholismo, me ponía de muy mal humor, y les faltaba al respeto.  He recibido mucho apoyo.

Nunca he tenido una recaída.

La vida es muy bonita, siempre se puede, es duro, pero con ganas y fuerza se puede. La vida merece la pena, por uno mismo, ya después lo de los demás viene de la mano, todo son agradecimientos y ventajas.

Ahora llevo 6 meses trabajando en una empresa, voy bastante bien,  estoy muy contento. Con mi pareja tengo una relación fluida, retomé el deporte, voy al gimnasio, salgo a correr de vez en cuando y continuo con las terapias 3 días a la semana, para mí, porque me hace falta y para echar una mano a los compañeros.

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