Inmaculada García, Dependencia , Madrid, España.

Hoy es un día especial porque le toca hablar conmigo, ella sabe que la cazo cuando me miente y hoy hemos hecho una alternativa a todo lo que ya hemos probado, necesito levantarle su autoestima. Le he dicho que coja una hoja y un boli, su patología la impide escribir derecho y a veces seguido pero le he dicho que me da igual.

Hemos elaborado un contrato para ambas en el que pone explícitamente que cuando nuestro centro abra la tengo que ver allí y me tiene que dar el contrato. Ella se compromete a realizar todo lo que le pauto para que llegue ese día y dármelo en mano.

¿Sabéis lo que vale una sonrisa?, no es el dinero que valga, es el bien que le hace al cuerpo, al cerebro, cuando ves que esa persona se compromete y le hace feliz ver que ella PUEDE.

Cuando tu vuelves al centro en el que trabajas y ves que ella viene y te dice, “acuérdate que firmamos esto”, es cuando se te viene el mundo abajo y dices, he conseguido que una persona con pluri-patología esté con la ilusión de entregarte un papel que había escrito y firmado al principio del confinamiento y se ha acordado.

¿Quién dijo que los abus no retienen en su memoria?; ha permanecido con su ilusión y cumplimiento de volver a vernos y que podamos empezar a trabajar juntas, ¿qué más quiero?.

Señores nada, no quiero nada, me ha devuelto lo más preciado y económico que hay “su sonrisa con su recuerdo”, a partir de hoy vamos a trabajar más fuerte para poder llegar a la meta que nos hemos propuesto, porque ambas negociamos de cuál es el mejor ejercicio y la mejor calidad de vida que puedo darle.