Monica Dayan
Monica Dayan
Soy Mónica, tengo 57 años, hace dos años me diagnosticaron cáncer de mama, tuve una mastectomía en lado izquierdo y también me sacaron los ganglios Estoy casada hace 29 años, tenemos una hija de 23 años. Afronté la enfermedad valiéndome de muchos recursos que ya tenía y otros que salí a buscar. Soy psicóloga con orientación psicoanalítica, cantante amateur. Aprendí desde mi diagnóstico a ser meditadora y bucear en mi interioridad, más allá del psicoanálisis. Encontré en la literatura, la música, la sanación sonora, la meditación, el dibujo y el aprendizaje de origami a despertar un profundo conocimiento de mis partes luminosas y oscuras
Cuando te dicen la palabra cáncer, sientes una sentencia de muerte. Pero esa finitud, me activo para sentir que cada minuto contaba y que tenía que encontrar los caminos no sólo de mi curación sino de mi sanación
Primero sentí mucha culpa, por no haber realizado mis controles a tiempo, y luego dejé el pasado y me puse en acción porque no había tiempo para perder.
Tuve mucho apoyo familiar, pero también mucha presión, porque los que más te aman, son los que más se angustian y no siempre pueden afrontar el modo de ayudarte a encontrar paz y tranquilidad. Era una montaña rusa emocional
También tenía pánico al dolor, lo que me hizo entrar en un protocolo de investigación de dolor, para poder tener el mejor confort posible
No quise ver la enfermedad como una lucha o una batalla, ni llamarme sobreviviente, porque en todo caso siempre cada día somos sobrevivientes y nos sólo el cáncer. Siento que el cáncer es una especie de locura celular, que se trama con una mezcla de azar, genética, dolor emocional, y falta de recursos para que tu cuerpo se reponga a la hostilidad propia o del entorno
Ahora estoy con los controles al día, sin enfermedad, pero sigo con mi hormonoterapia por 4 años más.
Me gustaría aconsejar y sensibilizar para tocarnos más, hacernos los controles, y derribar los mitos. A mi me dolía la teta mientras caminaba mi amiga me dijo, si te duele no es nada. Y luego en la mamografía saltó todo lo contrario.
Hay que hacerse chequeos no "dejarse estar", hay que conocer la meditación, el contacto con la naturaleza, el espacio terapéutico para uno mismo, para no enfermar. Amigarse con el propio cuerpo.