Mi historia empezó con tan solo 15 años, con una embolia cerebral a consecuencia de un problema de corazón, una miocardia hipertrófica septal severa asimétrica; una enfermedad cardiovascular difícil de detectar, que se va desarrollando con los años. Es la causa más común de muerte súbita y es hereditaria pero yo no tenía antecedentes de muerte súbita.

Todo iba genial, con 25 años fui mamá de mi único hijo, que es el motor de mi vida, pero, otra vez, la vida me puso a prueba tomando una difícil decisión que marcaría un antes y un después en la vida de mi hijo y mía; por supuesto siempre para mejor, sin más comentarios.

A los 34 años otro golpetazo más, el peor diagnóstico que puedes recibir de un oncólogo. Tuve cuatro operaciones de la mama izquierda para salvar mi estética, pero no pudo ser, entonces tomé la decisión de salvar mi vida y pasar de la estética.

Todo seguía bien, no tenía ningún tipo de complejo, tampoco tenía en mente ningún tipo de ilusión de recuperar mi estética; sabía que no podía por mis problemas de corazón. Era la mejor decisión aconsejada por mis médicos por muy dura que fuera para mi. Por encima de todo antes de la estética esta mi vida.

Un día como otro cualquiera tenía una revisión rutinaria con cardiología y otra vez la vida me puso a prueba; nunca olvidaré las palabras de mi cardióloga... "Isa te tienes que quedar, tenemos que operarte de corazón". No me lo podía creer, no sentía mareos, nada, estaba genial. Diagnóstico... Extrasístoles ventriculares de alta densidad, con fases largas de bigeminismo y trigeminismo (arritmias bastantes severas).

Actualmente soy portadora de implante DAI monocameral.