Ana Mª Pachón
(Persona que cuida)
Ana Mª Pachón
Los/as cuidadores/as, seamos profesionales o no, lidiamos con un gran enemigo: Burnout. No somos conscientes de su existencia hasta que poco a poco se va apoderando de nosotros/as. Es muy sigiloso, y apenas te das cuenta de cómo absorbe tu energía y te vuelve apático/a con respecto a la mayoría de los aspectos de tu vida.
Es un proceso provocado por un estrés crónico que hemos ido dejando tal vez por normalización o a lo que parece que “todo el mundo está acostumbrado”.
Pero… las personas más vulnerables o aspectos relevantes para sufrir sus consecuencias son:
Aquellas que se involucran mucho en su trabajo dándose de lleno con realidades muy complejas y muy difíciles de notar cambios.
Se preocupan por todos y velan para que no les suceda nada.
Relaciones marcadas por falta de compañerismo en el trabajo, etc.
Desilusión en el trabajo.
Falta de energía generalizada.
La forma de comer y dormir está cambiando a peor.
Dolores físicos: cabeza, espalda…
El estilo de vida que se sigue está muy lejos de la tranquilidad o paz interior. También, a veces las compañías o personas cercanas, en vez de transmitirnos tranquilidad son tóxicas y no te apoyan en decisiones o propuestas novedosas o llenas de ilusión por tu parte. Pero debemos de pensar... ¿Qué necesito para estar feliz?, ¿Quiénes me apoyan?, ¿Por qué no voy a poder hacerlo si soy muy válido/a?.
Se tiene la cabeza llena de pensamientos negativos, retroalimentados por nuestro contexto y afirmados por nosotros/as mismos/as. Pero debemos de romper con esto.
¿Cómo? La única manera de vencer al Burnout es no parar de hacer actividades satisfactorias para nosotros/as, les guste o no a nuestros allegados (siempre y cuando sean saludables y no hagan daño a uno mismo ni a los demás).
También es necesario hacer llegar nuestro descontento con todas las cosas que no nos gustan o nos hacen sentir mal.
Delegar responsabilidades también es imprescindible. A veces nos cargamos con cargas emocionales, físicas, laborales, familiares etc. innecesarias que no nos hacen avanzar. Debemos soltar y contar con el apoyo de las figuras que para nosotros/as son importantes y si por algún caso no tenemos ese apoyo, buscarlo en otros grupos o personas que nos hagan sentir bien y/o cómodos.
También debemos evaluarnos a nosotros mismos y limar comportamientos y/o conductas que no ayudan, por lo que es fundamental estar bien para poder estarlo con los demás. La incomprensión es algo a tener muy en cuenta en estos casos. La búsqueda de ayuda profesional puede solventarnos grandes dudas y problemas.
No es justo quemarnos por darlo todo, para solamente recibir negación, mensajes llenos de cinismo y falta de apoyo.
Todos/as estaremos en contacto con el Burnout en algún momento de nuestra vida.
Es muy triste no hacer nada para ayudar y sofocar ese fuego que nos quema ya sea por egoísmo o por falta de empatía.
Y no olvidar que el Burnout es uno de los que abre la puerta a otras patologías mucho más graves y agresivas así que ojo y cuidado.
Premios Relatos Supercuidadores 2018.
Este testimonio ha sido cedido por http://cuidadores.unir.net, con autorización del autor; en colaboración para dar visibilidad a las personas que viven ante la adversidad en la salud.
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