A veces soy niñera cuidando con fervor a esa niña juguetona e inquieta que hace pilatunas y se esconde de su situación. Otras veces soy doctora para ese cuerpo viejo y cansado, identifico enfermedades reales e imaginadas, curo dolores físicos y del alma, doy medicamentos, pruebo pociones mágicas, hago masajes y consuelo su dolor.

Soy policía alejando monstruos y visiones que asustan, soy vigilante a prueba de escapes en busca de esa familia distante, negligente e indolente que no supo aprovechar esta oportunidad de experimentar el más puro amor.

Soy la buena y soy la mala.

Soy cocinera intentando reponer sus fuerzas y alimentar su corazón. Soy chofer en paseos reales e imaginarios.

Soy sus manos al vestirse, sus ojos al buscar lo que no ha perdido, su boca pronunciando palabras olvidadas, sus oídos que intentan comprender.