Yolanda Casares
Yolanda Casares
Siempre he sido una persona muy sensible. No me consideraba fuerte pero ya no me quito el mérito.
Necesito y prefiero compartir alegría. Intento que el dolor no sea mi centro y por desgracia no siempre lo consigo.
Siempre he sido una chica sonriente y abierta, motivo por el cual la gente que me conoce, sabe perfectamente cuando me encuentro peor. Me preocupo por el impacto en mis dos hijos pequeños que se manifiesta en mi mala actitud de algunos días. Tengo un niño y una niña de 10 y 7 años respectivamente.
El dolor no me impide mi aseo personal, pero me limita en mi trabajo. No puedo permanecer mucho tiempo sentada y tampoco puedo ver mi casa ordenada y limpia, ni hacer lo que a las mujeres nos gusta.
Mi diagnóstico llegó tarde, después de ir a mi médico de familia, dos traumatólogos, dos físios, un osteópata y un neurólogo. Como pasa en estos casos el dolor se cronificó.
El diagnóstico fue, neuralgia intercostal.
Necesito sinceramente ocupar mi cabeza y tener una ilusión. Intentar descentrarme del dolor.
Los días de dolor menos intenso aprovecha, esto también pasará.
Mi consejo es dejarse cuidar.