Vanesa Rodriguez De Trujillo Arauz
Vanesa Rodriguez De Trujillo Arauz
Soy una mujer implicada en mi evolución personal. En mi trayectoria vital he pasado por momentos difíciles que me han marcado fuertemente, acabé somatizando un trastorno emocional grave, que me tuvo limitada mucho tiempo, LA AGORAFOBIA; entonces emprendí un camino hacia mi autosuperación y conseguí recuperar mi libertad. No ha sido fácil, he aprendido mucho y no hay cosa que me apasione más que compartir mi crecimiento con otras personas que puedan estar pasando por historias similares. La gratificación que recibo, cuando acompaño a otras personas en sus procesos de transformación y lo consiguen, hace que sin duda todo haya merecido la pena.
Cuando tuve mi primera crisis tenía 21 años; jamás pensé que tuviera que ver con algo emocional. Literalmente creí que me moría, los síntomas físicos eran tan potentes que creí que me estaba dando un infarto. Después de varios episodios acabando en el hospital recorriendo consultas de casi todas las especialidades, me diagnosticaron con trastorno de pánico.
Al principio sentí tranquilidad de que no fuera algo físico y grave, pero duró poco tiempo, porque sentí tanto miedo que entré en una neurosis obsesiva, le cogí terror a que se me repitieran estos episodios, con lo que comencé a evitar situaciones por temor a que me dieran esas crisis y además de pasarlo mal acabara haciendo el ridículo.
Supongo que el hecho de que mi mejor amiga falleciera de un cáncer linfático con sólo 18 años y el fallecimiento de mi tío de un infarto repentino a los 40 años hacía sólo unos meses unido al consumo esporádico de drogas, influyó en que sintiera la vida como una posibilidad de peligro INMINENTE.
Cuando me quise dar cuenta estaba completamente limitada y encerrada, me daba terror estar sola, creía enloquecer, me perdía el mundo por vivir en mi mundo de auto observación y control constante, perdí muchísimo peso y mi estado físico se deterioraba por días, todo me daba miedo, necesitaba controlarlo todo, desde mi respiración hasta mis pensamientos; la tensión, el estrés y la obsesión se apoderó de mi.
El psiquiatra me mandó psicofármacos y me sentía como una verdadera víctima de mi circunstancia; había perdido mi juventud y mi vida. Para mi familia fue muy duro presenciar como una persona activa , divertida y alegre como yo, se iba apagando y limitando; encerrada en mis obsesiones, podía presenciar como mi familia estaba con un gran sentimiento de impotencia y muy preocupados.
Siempre he tenido un espíritu guerrero e inconformista; algo en mi intuición me decía, que yo tenía algo que ver con todo eso que me ocurría. Hace poco encontré una texto que escribí por entonces, donde decía a mi gente querida. "Ahora estoy en el infierno, pero no sé cómo, encontraré la manera de superar esto y ayudar a otras personas"
Un día en mi incesante búsqueda de soluciones que me convencieran, descubrí la neurociencia, y aprendí que podíamos aprender y gestionar nuestras emociones; me agarré a esa posibilidad como a un clavo ardiendo, y comencé a aprender y estudiar sobre el cerebro, sobre mi trastorno y sobre cómo hacer por modificar esas conexiones neuronales que me hacían estar presa de mi propia existencia.
Cambié mi foco de obsesión, y me hice una verdadera friki de mi trastorno, y poco a poco comencé a retarme a superarlo. El trabajo conmigo misma fue arduo, fue una lucha con mis emociones, mis pensamientos y mis acciones. Tuve que cambiar todo mi paradigma de creencias, aprender a entregarme, soltar el control, asumir riesgos, confiar en el proceso de la vida, dejar fluir mi mente, desidentificarme de mis pensamientos, enfocarme en lo positivo y poco a poco, algo dentro de mí comenzó a cambiar; empecé a sentir que iba adquiriendo el volante de mi vorágine enfermiza, mi propia psiquiatra estaba verdaderamente sorprendida con mi proceso, tanto fue así, que acabó prologando mi primer libro VIVIR SIN ANSIEDAD y retirándome el tratamiento de antidepresivos que no volví a necesitar nunca más.
Algo me hizo pensar, que otras personas estarían pasando por la misma pesadilla que pasé yo, sin saber qué hacer, perdidos, conformados a una vida limitada y encarcelada sin un motivo aparente pero que te hace creer estar loco; no podía quedarme mi experiencia para mi sola, la vida me había dado una segunda oportunidad y necesitaba compartirlo con el mundo.
Escribí mi primer libro de autoayuda y casi sin darme cuenta el universo confabuló para que me lo publicaran. Llegué al corazón de muchísimas personas que me pedían ayuda y así es como decidí dejarlo todo para emprender mi proyecto VIVIR SIN ANSIEDAD, donde cientos de personas durante casi 10 años han conseguido hacer de sus procesos de pánico y agorafobia un acto de superación y aprendizaje hasta recuperar su libertad.
Mi trabajo se convirtió en mi propio tratamiento, y lo que comenzó como una terapia se acabó convirtiendo en una filosofía de vida, naciendo así la FAMILIA VIVIR SIN ANSIEDAD.
Puedo decir con total certeza que una persona con este trastorno, puede aprender a ser feliz, a manejarlo y a recuperar su libertad. No es que se "cure" puesto que la predisposición siempre estará ahí, pero puedes aprender a manejar en tu beneficio esa energía y neurosis, hasta el punto de que ella no te domine si no que tú puedas conocerte, gestionarte y utilizarla a tu favor.
Somos cientos de personas los que hoy compartimos filosofía de vida y caminamos junt@s en nuestro aprendizaje vital de libertad emocional .
Un libro que poco tiene que ver con mi mundo de la competición, un proyecto dedicado a cualquier mujer que desee mejorar su propia versión tanto a nivel físico como emocional.
Que las personas me devuelvan su felicidad como resultado de la confianza que depositan en mí. Cuando me eligen para acompañarles en sus etapas de crisis personal, ya sea por trastornos asociados a la ansiedad, o bien por crisis personales derivadas por las exigencias morales y sociales que nos imponemos, es el mayor regalo que la vida puede hacerme. Siento un enorme amor, que me hace pensar, que todo mi sufrimiento, acabe por merecer la pena.
Algo que puede parecer tan sencillo como el ser una misma y vivir una vida auténtica puede convertirse en muchas ocasiones en momentos dolorosos, de crisis personales que pueden incluso derivar en trastornos y enfermedades .
Detrás de toda etapa de crisis emocional, existe una GRAN OPORTUNIDAD de crecimiento personal y aprendizaje positivo en nuestra evolución como seres humanos.
Todo depende de la ACTITITUD y de lo que TÚ decidas hacer con los problemas que la vida te pone.
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