Tannia Olivo
Tannia Olivo
Los 78 años y los recuerdos de Esthela los lleva en dos fardos abultados. El primero con dolores en las caderas, no le deja saltar como a los 15; y el segundo el de las reminiscencias, la hace volver en sonrisas pícaras. Esthela recorre todas las mañanas su seco y ventoso terreno recogiendo la hojarasca y palos secos para alimentar de fuego el fogón y tomar su agua de manzanilla. Así como ella, 30 vecinos, hacen la misma ceremonia en el Quinche perteneciente a la Parroquia de Santa Rosa, del cantón Ambato, Ecuador.
Como se acercan elecciones les regalan funda de víveres; por la tarde Esthela deja pasar el tiempo dividiendo en fundas por porciones de; arroz, harina, machica (cebada molida), lenteja, papas para el diario y que le dure una semana.
La conserva de atún la esconde y la abrirá, cuando llegue la señorita cuidadora, que le enseña danza; con ese ejercicio se olvida del diario dolor de los huesos, además conociendo mini novelas de alegrías y tristeza, Esthela se acuerda de aquel tiempo de su juventud.
Llega el sábado y a las 14:00 horas comienza los ejercicios físicos de dos grupos de 15 viejitos encolumnados y enlineados, con cantos y vivas comienza la rumba. Esthela se coloca en primera fila, junto a Victoria para ayudarla en los ejercicios; se le dificulta algunos movimientos por su fractura de hace 10 años.
La cuidadora ya le enseño como ayudar a sus vecinos.
A las 14:30 comienzan los ejercicios de memoria que les ayuda mucho en la parte cognitiva a mejorar las capacidades de conocimiento o recuerdo de lo que saben. Luego los trabajos manuales según sus habilidades e inclinaciones, hacen pinturas, tejidos, bordados.
El humor sale a flor de labios; hombres y mujeres sacan sus picardías y todos se alegran.
Ya son las 17:00 horas y Don Luis ha traído una mistela, a escondidas la repartió y ahora están más alegres.
Al despedirnos, anunciamos que mañana ensayamos danza para la próxima presentación.
Así escribo una de las tantas experiencias vividas de la comunidad rural, que vengo realizando en esta hermosa labor como Promotora Social y cuidadora desde 2013 hasta la actualidad, demostrando un trabajo y compromiso empático y con una comunicación asertiva, además realizando talleres de familias ya que es muy importante que también se involucren en la atención y cuidado de los viejitos.
Premios Relatos Supercuidadores 2022.
Este testimonio ha sido cedido por http://cuidadores.unir.net, con autorización del autor; en colaboración para dar visibilidad a las personas que viven ante la adversidad en la salud.