Sandra Fernández
Sandra Fernández
Soy Sandra Fernández,de Pozuelo de Alarcón, Madrid, Estoy casada, tengo 39 años y dos hijas 6 y 3 años Antes de la enfermedad era profesora de Educación Especial. Hace 4 años, estando embarazada de 5´5 meses de mi hija Luna, un día me empezó a doler mucho la cabeza, así q decidí irme a casa y avisar a mi marido, porque no me encontraba bien.
Tuve una hemorragia cerebral, por una malformación congénita en la cabeza.
Me salvaron la vida a mí, y a mi hija, en el Hospital de la Paz, Madrid.
Yo estaba paralizada, no podía andar, ni hablar
Estuve ingresada en la UCI, esperando que mi hija, creciera para poder realizarme la cesárea. Fueron meses de espera ingresada; ya que los médicos no podían realizarme determinadas pruebas, ni tratarme estando embarazada.
Una vez que mi hija nació, los médicos empezaron a tratar de solucionar la malformación congénita que sufría; me operaron, y empezó un proceso de recuperación, ya que aún no podía moverme, ni hablar, ni andar.
Hasta que no pasaron 7 meses aproxiamadamentre, no recuperé la movilidad. Fueron meses muy difíciles, porque yo era consciente de todo, pero no podía expresarlo.
Javier mi marido, me ayudaba, y gracias a una compañera de trabajo que le proporcionó materiales y métodos que yo utilizaba en el colegio con mis niños de Educación Especial; pudimos empezar a entendernos, a comunicarnos.
Por ejemplo, tenía problemas de visión, y no era capaz de contarlo, y fue gracias a Javier y a los pictogramas infantiles, que pude describir este y otros problemas.
La ilusión de tener a mi hija, me mantenía con fuerza
Afortunadamente, tuve mucho apoyo por parte de la familia, incluso fue necesario reorganizar nuestra vida y mudarnos, porque Pozuelo nos pillaba lejos del hospital, de la familia, de todo.
Ya no era sólo las consultas médicas en el Hospital de la Paz, de donde por cierto guardo muy buenos recuerdos, me sentí muy bien atendida, y comprendida en todo momento; sino también mi rehabilitación en CEADAC (Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral)
El tratamiento con los profesionales de CEADAC, fisios, logopeda, terapia ocupacional, y la medicación me ayudó a recuperarme, no fue sencillo, fueron necesarios 11 meses, para recuperar mi “vida normal”.
La rehabilitación, ver que tenía que empezar a aprender de nuevo las letras, era difícil, y en esos momentos, mi hija mayor, me ayudó muchísimo, ya que juntas jugábamos con las letras; ella fue mi mayor motivación.
En el momento de la enfermedad, del largo ingreso, mi hija mayor, notó mi ausencia, me echaba de menos, yo me fui un día y ya no volví a casa; lo pasó mal al principio, pero gracias a la familia de mi marido, lo sobrellevo mejor.
Tiempo después cuando me han tenido que volver a operar, le he intentado explicar, a través del dibujo, que mamá se va, para que el “Doctor Mago” me cure, incluso la llevábamos a CEADAC, para normalizar la situación.
Mi consejo, es que, con fuerza, con ánimo, hay que intentar estar alegre, buscar las cosas que te alegren; y pensar que, si por ejemplo no puedes hablar, trabajando llegará el momento en que lo lograrás.
La rehabilitación es un proceso muy importante, que no hay que abandonar, hay que trabajar cada día, poco a poco, porque ayuda a mejorar.
Destacar que, por ejemplo, en el tema visual, no hay mucha información, y es un problema, porque hay muchas personas, que tras pasar un ictus, tienen problemas de baja visión.
Actualmente estoy bastante mejor, pero aún hay muchas cosas que me cuesta hacer, sobre todo por la baja visión.