Rebeca Prados
Rebeca Prados
Me llamo Rebeca, soy de Granada, tengo 37 añazos muy bien puestos y un dragón en mi interior desde el 2012 diagnosticado. Soy una mujer alegre, me encanta reír, hablar y conocer gente. No me limita hoy por hoy tener la Enfermedad de Crohn, aunque en los 2 años que estuve en brote las limitaciones eran más bien personales físicas y emocionales que en ese momento y dadas las circunstancias yo me ponía. Soy empresaria, junto con mi socia Rocío hemos creado Somos Crohnicas, proyecto con el que queremos acompañar y ayudar a personas con una EII y a sus familiares.
Para mí, fue muy impactante perder la salud con 29 años, cuando nunca me había puesto mala. Recuerdo muchas idas y venidas del hospital, que parcheaban lo que estaba ocurriendo en mi interior. Al principio, tenía mucha diarrea y pensaba que algo me había caído mal, no le daba importancia puesto que mi cuerpo seguía funcionando bastante bien... Fue muy rápido como el deterioro físico y el dolor (que en alguna ocasión me hizo pensar en tirarme por la ventana) llegó.
Recuerdo demasiadas noches sin dormir, mucho miedo, incertidumbre, y dolor muchísimo dolor... Estaba tan inflamada por dentro que no podía ni beber agua, lo vomitaba todo.
Perdía peso por días y la fuerza me abandonaba, mi cuerpo ya no respondía a ninguna orden que le daba, sentí como se alejaba de mi control y ya no era yo la que mandaba, mi dragón había tomado totalmente el control de mi cuerpo, de mi mente que se dejaba arrastrar y de mi vida.
Pasé 3 meses hospitalizada y 20 días críticos en la UCI. A veces tenía la sensación de que todo iba a salir bien porque estaba mejor y de repente... ¡ZAS! Volvía a recaer
No podía comer nada, mi alimentación era parenteral, mis venas se habían puesto en huelga y ya en la UCI me cogieron una vía central. ¡Cómo echaba de menos beber agua!
Hay recuerdos. olores, sonidos y momentos que siempre me van a acompañar, la UCI fue una etapa muy dura, allí me sentí morir y no sólo físicamente si no también emocionalmente, me sentía muy sola, triste, dependiente, hundida, casi muerta...
Una gran rectorragia me hizo entrar por la puerta grande de la UCI en un estado de semi-coma. Fueron días de dolor, sangre, tubos, miedo y perdí totalmente la consciencia del tiempo.
Viví la experiencia de la muerte, no sabría decirte lo que duró... Lo que sí sé es que sentí paz, mi dolor se fue por completo, no tenía miedo, ahora sí que mi cuerpo me había abandonado y yo no quería volverlo a sentir, porque eso implicaría de nuevo, lucha y DOLOR, más DOLOR. De repente pensamientos bonitos brotaron de mi cabeza: juegos con mi hermana, mis padres, el nacimiento de mi sobrino Pepe, un beso, un gran amor, lugares en los que había estado...¡YO QUIERO SEGUIR VIVIENDO! Me dije, y no me preguntes cómo, empecé de nuevo a sentir dolor...El dolor en un cuerpo que me había dado y le quedaba por darme ¡Mucha vida!
El estar tiempo en la UCI, y la grave desnutrición hicieron su mella en mi cuerpo. Perdí mucha masa muscular y recuperar la movilidad me llevó tiempo. Aprendí de nuevo a andar con ayuda y con el fuerte brazo de mi padre que me sujetaba en nuestros paseos por los pasillos de la segunda planta y poco a poco con paciencia, buena alimentación, ejercicio y una super actitud conseguí mantenerme en pie y volver a caminar.
Me recuperé, salí del hospital y continué con 2 años en brote, aprendiendo a convivir con mi dragón y sobre todo a aceptarlo. Y pensaba que lo de la UCI era complicado...
Empecé una nueva etapa de convivencia con mi dragón, aún estaba bastante despierto. Pensaba que no iba a poder a recuperar mi vida, todo era tan distinto... Pesaba 36 kilos y no podía comer prácticamente de nada. Iba al baño 15 o más veces al día y el dolor, el asco el sentir que tus tripas se retuercen y el agotamiento, era una sensación que me acompañaba constantemente.
Mi vida tenía una nueva comandante: El miedo. En TODO lo que hacía estaba presente la emoción del miedo. Miedo a comer, miedo a salir, miedo a cagarme encima en la calle, miedo a volver al hospital, miedo del miedo... miedo a entrar en la UCI otra vez, miedo a quedarme sola...
Te engañaría si te dijera que fue fácil, no lo fue, pero si es cierto que una frase siempre me acompañaba por las noches y me la decía en voz alta: "Mañana, un poquito mejor".
Mi forma de ser positiva, alegre y mis ganas de vivir ayudaron a que mi dragón se durmiera, todo sumado a los grandes cuidados y el gran amor que mis padres, mi pareja, y mi familia me regalaron. Os estaré eternamente agradecida... ¡Cuántas noches de hospital en un incómodo sillón has estado y siempre alerta a mi menor movimiento, GRACIAS MAMÁ!
En mi caso vuelvo a menudo al hospital a ponerme el tratamiento biológico, el infliximad, tengo mis revisiones y mis pruebas y estoy super contenta de tener a mi médica y del buen trato que me dan en el hospital de día.
La Enfermedad de Crohn te golpea muy fuerte y tu mundo se va por la cadena del wáter muy rápido, te sientes tan mal, débil, insegura, asustada, triste, agotada, dormir cuando tienes un brote es imposible y mil dudas en tu cabeza te asaltan: ¿Esto será para siempre? ¿Me pondré mejor? ¿Podré tener una vida "normal"? ¿Dejaré de sentir esto dentro? ¿¿¿¿¿volveré a viajar, a salir, a comer lo que me gusta...a.…a.…a.…?????
¡Pues si vuelves A HACER LO QUE QUIERAS!
A lo mejor no es justo igual que lo que hacías antes, ¡Pero puede ser hasta mejor!
Con las tripas, desde el corazón y con alguna lágrima de emoción. Comparto mi historia
GRACIAS POR LEERME
Hoy por hoy puedo decir orgullosa, que me encuentro en remisión y que mi dragón duerme.
He aprendido muchísimo de mi Experiencia con la Enfermedad de Crohn. El que te diagnostiquen una Enfermedad Crónica es un impacto muy grande en tu vida, pero el recuperarte te hace grande y fuerte.
Yo crezco cada día un poquito más, he sido capaz de bucear con mis demonios y enfrentarme a ellos. No siento que mi dragón sea una carga, lo siento como mi compañero de vida.
Mi dragón me enseñó los extremos: la muerte y la vida, la debilidad pero también la fuerza. La tristeza que va acompañada de alegría. El odio y el amor propio.
Sólo tú eres responsable de lo que quieres hacer con lo que la vida te regala, ya sea un millón de euros o una Enfermedad Crónica.
Todo lo que ocurre te puede impulsar o arrastrar a la mierda más absoluta y sólo te puedo decir, que yo he estado ahí y que dejé de luchar para aceptar que, quizás tener un dragón en tu interior puede servirte para vivir una vida mejor.
Me siento feliz de existir, de rodearme de gente maravillosa, de mirar al mundo desde las Tripas y con el Corazón, de seguir creciendo como mujer y persona y de poder acompañar a gente con una EII y a sus familiares a vivir la vida que sueñan, aunque sea con UN DRAGÓN EN TU INTERIOR.
Soy consciente de que mi dragón existe y que puede despertar, pero ya no soy la mujer que era antes, soy una nueva versión de mi misma mejorada.
Sé, que si volviera a despertar, mi forma de reaccionar y de tratarlo cambiaría y he de confesarte que no me olvido de él, nunca dejé de sentirlo, aunque ahora ya desde la tranquilidad de mis tripas. Ya me conozco y conozco a mi dragón y creo que esa es la ventaja con la que tienes que contar.
Cuido mi alimentación, mis pensamientos, acepto mis emociones y le doy movimiento al cuerpo. Muchas veces la cago pero con todo aprendo.
Rodéate de gente que te aporte, Ríe, Llora, Sueña, Enfádate por tener un Dragón, Grita, Juega, Haz el amor, Fracasa y Levántate, Descansa, Cultiva el Amor Propio, ¡Haz lo que te apetezca! Pero sobre todo: DIGIERE Y DIRIGE TU VIDA.
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