Pilar Grande Oñate
Pilar Grande Oñate
Mujer, madre y abuela, con una preciosa familia y amig@s que me apoyan y me hacen sentir muy querida. La enfermedad detonó dejar el trabajo, al que me he dedicado muchos, muchísimos años con ahínco y ahora, mientras pueda, exploro, estudio y practico todo lo que gustándome, no podía practicar por falta de tiempo y de espacio mental. En ese camino y dentro de mis limitaciones, dolor, fatiga, dificultad de movimientos, etc., practico yoga y Tai Chi, aprendo a meditar y colaboro con la asociación “GAIA La Humanidad Compartida” en investigación social, concretamente en nuestro primer proyecto “EMOCION y ENFERMEDAD”.
La enfermedad supuso pasar del “mundo de los sanos” al otro lado, al “mundo de los enfermos”, fue difícil la digestión, me apartó del trabajo, algo que para mi había sido esencial, para mi libertad, autoestima y autonomía, y durante el primer año, ya diagnosticada, estuve aturdida y asustada, muy asustada, la ayuda de mi marido, hijas, niet@s y amistades ha sido inconmensurable, me siento tan agradecida que no tengo palabras.
Hoy, se puede decir que estoy viviendo una etapa más pacífica y a la vez más convulsa en lo emocional, porque tengo menos miedos y al mismo tiempo soy más consciente del mundo que me rodea y que antes del diagnóstico, no era capaz de ver. Me siento más cercana a las personas, a los seres vivos en general y exploro como mejorar mi relación con el mundo; paciencia y tranquilidad, son dos ingredientes que siempre procuro cultivar, y cuando lo consigo, no siempre todavía, me procura una relación más amable conmigo y con lo que me rodea, desde esta actitud de “apertura”, aparecen en mi vida aspectos, personas, situaciones, etc., increíblemente emotivas y satisfactorias y que antes no detectaba.
En este camino está siendo esencial, junto el estudio de otras filosofías, especialmente las orientales, la práctica de yoga y todo lo que a esto le rodea, el trabajo de investigación de nuevos paradigmas y de encuentro con personas que me aportan mucho afecto.
Ahora estoy mas adaptada, viviendo con tranquilidad, procurando hacer lo que me apetece y dosificándome, positivismo desde mi situación; si no puedo hacer algo, procuro sustituirlo por algo que pueda hacer y además, me procure descanso o relajación, que son aspectos esenciales para mi enfermad.
Trato de acometer el día a día, con paciencia, introduciendo el silencio, la meditación y la lectura como elementos cotidianos, me interesan muchas cosas y procuro practicarlas y explorar todo lo que me interesa, como os decía, estudio modestamente lo que puedo de filosofías orientales y de campos de la realidad a los que no me había acercado antes; física, budismo, Vedanta, etc., procuro que no decaiga la motivación.
Mi consejo es hacer lo que a una le guste, si puede, y si no, pues gustarte lo que haces, o procurarlo, y eso se trabaja desde “dentro” y desde ahí, hacia fuera, el universo suele devolvernos, al menos en parte, lo que le damos.