Cuando me dieron el primer diagnóstico, me quería morir, "tienes cáncer de cuello uterino en etapa 3", me dijeron. Lloré, cuando entré a ese hospital por primera vez. Para superar el trauma que viví durante mis tratamientos, me ayudó mucho pensar positivo y ser fuerte por mis 2 hijos.

Ahora ya no me afecta, estoy sana, no tengo cáncer y estoy llevando una vida normal. Mi esposo estuvo en todo mi proceso, apoyándome, y mi familia y la iglesia, mis pastores y los hermanos.

El objetivo de este testimonio es para que las jovencitas tengan cuidado de las enfermedades y por favor protéjanse al tener relaciones con alguien. Dios les bendiga, espero llegar a otras mujeres que están pasando por él cáncer.