Nacho Gutiérrez
Nacho Gutiérrez
Me llamo Nacho, tengo 42 años, soy de Palma de Mallorca, (Baleares) un foco endémico en España y cuando diagnosticaron la Amiloidosis a mi abuela y posteriormente a mi madre el doctor sugirió que nos hicieran la prueba, teníamos once y nueve años. Actualmente mi madre es portadora asintomática con unos leves síntomas y cefaleas tensionales o migrañas. Yo di negativo y mi hermana dio positivo. Antes de desarrollar la enfermedad mi hermana era muy deportista, con mucha vitalidad y al cabo de unos años, a los veintitrés, empezó a tener síntomas, ahora tiene 44.
Empezó a encontrase mal y a tener vómitos y mareos. Estuvo yendo con mi madre a especialistas privados de medicina interna y también fueron a un Hospital público donde había un especialista en Amiloidosis que le pidió una analítica, pero en el laboratorio se produjo una confusión en el tipo de prueba que tenían que realizarle y dio negativo. Debido a esto le diagnosticaron erróneamente anorexia, después de haber estado ingresada, mis padres la llevaron a un especialista privado que diagnosticó a mi abuela y a mi madre y en seguida, al ver el estado en que se encontraba, le pusieron en lista de espera para un trasplante hepático, remitiéndola a Barcelona.
Antes de hacerle el trasplante le colocaron un marcapasos que actualmente se le pone en marcha muy a menudo. Al cabo de un año de haber sido diagnosticada llegó un hígado compatible y le hicieron el trasplante y la evolución de la enfermedad se paró la producción de proteínas amiloides, pero la que ya tenía depositada en los órganos, se quedó ya que aún no se pueden eliminar. El resultado fue que se estabilizó un poco y mejoró un poquito pero empezó a tener falta de sensibilidad en las piernas y problemas estomacales .
En el momento antes de la operación no me daba muy bien cuenta de lo que tenía y cuando volví a Palma, después de la operación volví destrozado porque tardaron un montón en dar una solución y su estado era ya muy preocupante. Ahora suelen diagnosticar los primeros síntomas y al momento y ya se hacen pocos trasplantes ya que existen medicamentos para estabilizar la producción de la proteína y otros dos recién aprobados que inhiben su producción, pero en ese momento no los había y no se conocía la enfermedad como ahora, y tardaron mucho en diagnosticarla, estaba en las últimas.
A día de hoy está tres días mal y uno bien. También tiene un problema de pérdida de visión en los ojos y debido a esto ya la han operado siete veces. Ella vive sola pero en unos días se irá a vivir con mi padre porque ya le cuesta manejarse sola.
Se ha comprado un perro porque le ayuda a pasear sola, está muy contenta. Debería llevar muletas pero no quiere usarlas porque le hace sentirse que está mal. Tiene mucha energía, si me hubiese pasado a mí, estaría todo el día en casa metido.
Esta situación hace que la vea más, voy mucho a su casa, estoy más pendiente de ella, la llevo en coche al hospital o a cualquier sitio que necesite porque está limitada a la hora de caminar. La verdad es que me llevo muy bien con ella. Desde que tuvo la enfermedad me siento con un trato más cercano. Yo también he tenido mis cosillas y sé lo que es estar mal, a los diecinueve años tuve una Leucemia Limfoblastica Aguda y estuve seis meses en el hospital pero quedé curado. Sé lo que es, no me asusta esto. Lo de mi hermana era más a medio-largo plazo y además es degenerativo, de momento no tiene cura.
A veces se enfada cuando le digo que es mejor que no viva sola pero quiere ser independiente.
Luego está el tema de la Seguridad Social que es patético, no sé como es posible que a una persona como mi hermana con 44 años, le esté pagando 350 euros, ¿Cómo va a vivir así una persona con esta enfermedad degenerativa? Y eso que nos quitaron la paga y tuvimos que recurrir administrativamente y al final nos la devolvieron. Nos la querían hasta quitar. A una persona así hay que darle una cantidad mínima que cubra sus necesidades al menos. Ella no puede trabajar. Entre todos le ayudamos pero una persona con esta enfermedad sin familia ¿Qué hace con 350 euros?
Seguimos con múltiples visitas a médicos, un día para la vista, otro por el estómago, otro por las piernas, todas las semanas tenemos alguna visita, pero no me supone ningún problema ¡qué va! La veo un par de veces por semana porque ella es muy independiente pero eso no quiere decir que estemos muy pendientes de ella.
Ahora está en la fase dos, cuando esté en la fase tres que no se pueda mover sin muletas o salir de casa y mi padre ya sera muy mayor, ahí ya sí es cuando tendré que cuidarla de verdad. Mi madre preside la Asociación Española de Amiloidosis AMILO y no le sobran energías además debe cuidarse. La velocidad de la evolución de la enfermedad hace que tenga la percepción que en dos o tres años la vea en silla en ruedas.
Ella es muy positiva, hay gente que le puede tocar la lotería y ver el lado negativo pero ella podría estar en el infierno y sería positiva, no le gusta que la vean mal. Eso ayuda,verla siempre así y con muchas ganas. Si estuviese deprimida me afectaría mucho pero como la veo siempre tan animada ayuda, le ayuda a ella y también a nosotros, es importante.
Al final piensas que es lo que hay, y hay gente que se ha quedado ciega, le puede pasar a cualquiera, hay que aceptarlo. Cuando has pasado en la vida tantas cosas, ya no te sorprende nada. Lo mio fue corto pero fue una bomba atómica, te asustas mucho, te curas, tienes suerte y eso te hace darte cuenta que estas cosas pueden pasarle a cualquier persona. A mi me cambió la vida, me cambió totalmente la personalidad.
Cuando supe que mi hermana era positiva, pensé “a ver si me van a tocar a mí las dos cosas”, pero mi madre me dijo que no la tenía ya que lo sabía desde hacía mucho tiempo. Por un lado, me sabía mal por mi hermana pero yo me había librado.
En ese momento lo de mi hermana me lo tomé como algo que había que aceptar. Mi padre ahora tiene epoc, pero ya es viejo, en el buen sentido de la palabra, quiero decir que a todos nos va a tocar vivir algo, no sabes si a los diez o a los ochenta. A mi hermana le ha tocado eso y lo acepta.
Los pacientes como mi hermana suelen tener un ochenta por ciento días malos y un 20 por ciento buenos, hay que aprovechar los buenos días para estar con ellos. Generalmente no pueden ni comer y el día que tienen bueno lo aprovechan como si fuese el último. Aprovechar los momentos en los que la enfermedad te da un respiro. Mi hermana cuando está bien, que es un cinco por ciento de los días dice “¡buah que ganas tengo de comerme comida de un Mc Donalds” o después de varios días de comer mal, tiene el antojo de comerse una pizza.
Buscar los momentos en los que está bien para disfrutarlos. Aunque sean pocos, se disfrutan el doble.
Ahora en mi día a día, voy a verla, y como se ha comprado un perro, intento pasear al perro con ella y hablamos mucho. De momento vive cerca de donde yo vivo y es más fácil, pero en unos días se irá a vivir con mi padre y estará algo más lejos, así que ahora aprovecho que está aquí al lado. La veo peor y cuanto peor la veo más voy a verla, pasa el tiempo muy rápido.
Hay que aprovechar los momentos buenos.