Luís Vendrell
Luís Vendrell
Soy un chaval de 29 años que nació con un problema renal y hace tres meses me han trasplantado.
Nací con los uréteres obstruidos, a consecuencia de lo cual mis riñones estaban inflamados. Me abocaron los uréteres a la piel, de manera que hacía pis por el costado. A los 18 meses me operaron para reponer el uréter donde debería estar.
Mi niñez ha estado salpicada siempre con mi problema renal. Revisión, tras revisión, pruebas nada agradables para un niño e intervenciones esporádicas. Aún así, gracias a mis padres puedo y debo decir que tuve una niñez feliz. Llegó la adolescencia y con ella los problemas, de nuevo. Mis uréteres volvieron a obstruirse y me tuvieron que hacer varias intervenciones; mientras tanto, mi capacidad renal iba menguando. En una de las operaciones me transmitieron una infección que se convirtió en septicemia... A partir de aquí todo se adelantó y desde entonces (tenía 17 años) la sombra de la diálisis me acompañaba.De nuevo, lo único que puedo decir es que mi adolescencia fue feliz; en este caso, además de mi familia, fue gracias a los mejores amigos que se pueden tener (conocidos también por el CS).
El 24 de Mayo de 2015 recibí una de las llamadas más duras a las que me he tenido que enfrentar. Yo estaba en la oficina, trabajando, cuando me sonó el teléfono. Era del hospital . Mis riñones ya no aguantaban más. Así que ese día, el 24 de Mayo de 2015, entré en el Programa de Hemodiálisis, posteriormente me tuvieron que hacer una nefrectomía, más tarde me descubrieron una enfermedad rara, el Síndrome Hemolítico Urémico Atípico (Básicamente, destruyo mi propia sangre) y finalmente, el 05 de Enero de 2017 me cambié de Hemodiálisis a Diálisis Peritoneal. No he querido extenderme mucho en los detalles médicos de estos dos años, simplemente diré que mi estado físico no era el óptimo y que he tenido que llevar una vida muy restrictiva.
A pesar de todo, uno de los mayores logros de mi vida, gracias al apoyo de toda la gente que me rodea, es haber mantenido siempre una actitud positiva: He seguido trabajando casi con normalidad (Incluso me llevaba el portátil a la sala de diálisis para currar las cuatro horas que duraba el ciclo), he hecho esfuerzos por seguir saliendo y no perder el contacto con mis conocidos, he intentado que mi novia y mi familia no notara si me encontraba mal por no preocupar, y a nivel emocional he conseguido no derrumbarme y ver la situación con total normalidad y positividad. De nuevo, tengo que agradecérselo al CS, a mi familia y a mi novia.
Estos dos años me han servido para darme cuenta de lo que es realmente importante y lo que no, de qué es lo que merece la pena, he descubierto por lo que merece la pena luchar y lo que es mejor dejar pasar.
Como yo lo llamo, me he vuelto “Nenúfar” (Un nenúfar arrastrado por la corriente). Por fin, el día 3 de Octubre de 2017 y, de nuevo, en la oficina, recibí otra llamada del hospital: ¡YA TENÍA UN RIÑÓN! A día de hoy aún no me lo creo. Llevo ya tres meses trasplantado y todo parece que funciona perfectamente. Me encuentro como nunca y me siento libre.
El mensaje que quiero transmitir a todos los que se encuentren en una situación parecida a la que yo he tenido es que no hay que dejar que la enfermedad te venza. A tí que estás pasando por esa larga travesía: sé que te sientes solo, sé que puedes llegar a desesperarte. Apóyate en la gente que te quiere, pero sobretodo busca en tu interior la fuerza para seguir adelante. Todo se acaba superando aunque a veces parezca que no. Por favor, nunca, jamás te olvides de que la vida siempre merece la pena. Parece injusta a veces, te golpea una y otra vez, pero eso te hace crecer. Aprovecha su crueldad para aprender a reconocerla, aprovecha sus golpes para aprender a esquivarlos y aprende a valorar los instantes dulces. No estás solo.
Ahora estoy ilusionado y fuerte y pienso disfrutar de la vida.