Karla Arias
Karla Arias
Soy una mujer alegre, sociable y positiva, me gusta reír, estudiar y estar con mi esposo y mi hija. Soy psicóloga en Méxicali, Baja California, México. En este momento me encuentro en seguimiento con tratamientos de bloqueo hormonal, subí de peso por ello y eso me lleva a cuidar muchísimo mi alimentación, me duelen además mis articulaciones.
La confirmación de la sospecha la recibimos mi esposo y yo en el consultorio del doctor, cáncer invasivo metastásico HER2 positivo, y según el doctor muy agresivo, la mama derecha la deberían de retirar junto con ganglios linfáticos, seguiríamos con quimioterapia y radioterapia. La buena noticia que nos dio el médico fue que había muchos avances e investigación para este tipo de cáncer.
A la primera persona a la que le dimos la noticia fue a mi hija de 12 años, nos abrazamos, lloramos juntos. Me preguntaba (y ahora sé que muchas se lo preguntan) ¿por qué a mí? no fumaba, hacía ejercicio, amamanté, era jóven, yo no entendía por qué, me asustaba, más bien me aterraba sufrir dolor físico, morir y que mi niña tuviera que enfrentarse a una tremenda pérdida. Los siguientes a quienes involucré fueron mis padres, creo que mi papá no supo muy bien lo que yo estaba viviendo, hizo algunos comentarios imprudentes y dolorosos para mí. Mi médico me indicó que involucrara a la gente que yo amo, que no me aislara, así que eso fue lo que hice, le dije a mis hermanos y a mis amigos, eso me sirvió, recibí muchas muestras de amor, de apoyo, me sentí abrazada y amada, muchos estuvieron al pendiente de mi durante el tratamiento.
Fueron días muy intensos emocionalmente para la familia, previo a la cirugía, una vez que pasó y me retiraron el drenaje y me preparé para las quimioterapias creo que nos fuimos adaptando y aceptando los cambios que habían, el amor y el cuidado que recibí de mi esposo, mi hija y mi madre fueron los más entrañables e importantes, me he sentido recibida.
Después de la primer quimioterapia fue una sorpresa, para empezar por el tiempo requerido en la clínica para la administración de los medicamentos, 8 horas estuve ahí, requería estar todo el tiempo acompañada, yo pensé que iba a sentirme mal inmediatamente, pero no, fue como a los 4 días y solo fue cansancio, obedecí a mi cuerpo y dormí como tres días, despues de cada sesión de quimio (1 cada 3 semanas) me ponían unas vacunas. Las quimioterapias acabaron con mi cabello, mis cejas, mis pestañas y todo mi vello corporal, me miraba al espejo y no me encontraba, lo que más me pesó, fue perder mis cejas y mis pestañas, pero todo se resolvía pintándolas, aprendí a hacerlo gracias a mi esposo. Yo pensé que las quimioterapias iban a tener un efecto tremendo en mí, pero no fue así, tuve algunas náuseas cuando percibía ciertos olores, una vez tuve aftas en mi boca pero lo solucioné con bicarbonato.
Una vez que terminaron las quimioterapias, iniciaron las 28 radiaciones, una a diario, y tampoco fueron lo que me imaginaba, solo me quemó ligeramente la piel, pero nunca sentí dolor, eso ¡cómo lo agradezco!. En todo el proceso tanto de quimios como de radios, estuve una vez cada quince días yendo a hipnoterapia ericksoniana, y todos los días escuchaba un audio para control del dolor físico y emocional.
Dos veces al mes iba a desayunar con mis amigas, me mantuve activa socialmente y eso me ha servido muchísimo.
Ahora me siento muy feliz, el cáncer me ha cambiado, disfruto las cosas de manera más profunda, siempre he sido muy alegre y quizá eso me ha servido. Además de que me siento amada por mi esposo, mi hija, mi familia, mis amigos. Dios me ha cuidado, yo lo sé.
Cuando reflexiono y veo hacia atrás, creo que sí iba a morir, pero hubo tantos ángeles cuidándome que aquí sigo.
Creo también que lo mejor es no aislarse, la enfermedad no es solamente de una, sino que la familia completa está sufriendola, así que necesitamos salir adelante con los lazos emocionales que tenemos.