Ella es técnico gerocultor y desde hace 9 años trabajaen el programa de respiro Alkar Zaintzen, actualmente atiende a 20 beneficiarios en la provincia de Bizkaia en la Comunidad Autónoma de Euskadi, 3 horas a la semana cada una, siendo responsable del plan de cuidados para la persona mayor con dependencia en su domicilio, mientras su familiar dispone de un tiempo para realizar actividades que le permitan descansar, disfrutar espacios de ocio o atender asuntos personales y de esta forma mejorar la calidad de vida de ambos miembros de la unidad convivencial.

Durante las tres horas sigue el plan de cuidados diseñado por el equipo profesional de la Fundación y lo hace siguiendo los indicadores de logro del proyecto, adicionalmente acompaña a la persona cuidadora, que continuamente le consulta en relación a la forma en que ellos pueden mejorar la calidad de atención a su familiar, información que gestiona de manera diligente en las reuniones de seguimiento del equipo profesional buscando activamente soluciones y alternativas a las necesidades e inquietudes de las familias.

Todos los profesionales que atendemos en el plan de cuidados lo hacemos con mucho compromiso y buen desempeño, pero en el caso de Silvia quisiera destacar la empatía, el cariño y la atención que brinda tanto a la persona dependiente como a su familiar. En el momento que ella llega al domicilio además de seguir el plan de mantenimiento funcional diseñado de manera individualizada para cada persona, los acompaña a comer, los escucha, si lo desean y en el caso de que la persona con dependencia pueda, los lleva a dar paseos cortos, los lleva a tomar café, convirtiéndose muchas veces en esa persona amiga con quien conversar y que esperan con alegría y ánimo cada semana.

Esta atención influye positivamente en el bienestar de la persona con dependencia en el domicilio ya que se siente atendida, escuchada, valorada mientras se le refuerzan sus habilidades orientadas a mantener su autonomía personal. En relación con la persona cuidadora, Silvia mantiene una relación empática y asertiva, creando por una parte la confianza necesaria para que esa persona pueda tomarse ese tiempo de descanso sintiendo que su familiar está bien cuidado y por otra parte brindando apoyo a la persona cuidadora al momento de tomar decisiones que implican mejorar la calidad de la atención del familiar con dependencia en el domicilio. En este sentido resalto que es un proceso en el cual la persona que cuida consulta y se siente apoyada, pero tomando ella las decisiones que cree convenientes lo que le da mayor seguridad.