Joana Berreco
Joana Berreco
Tengo 65 años y una artrosis de cadera derecha.
Hace tiempo ya notaba una molestia en la ingle, cuando era más joven había hecho gimnasia, y lo achacaba a que podía ser motivado por un mal gesto. Las molestias no eran tan grandes como para no poder caminar o hacer vida normal. Si es verdad que tenía lumbagos muy fuertes que me duraban días y días. Iba al médico, me recetaban paracetamol pero costaba mucho el irse el dolor. Además de esto, en la rodilla notaba también molestias al caminar y tuve una codromalacia. Me recetó unas inyecciones y un tratamiento de ozono. Desde la primera aplicación noté un poquito de mejoría. Luego me puse cuatro o cinco más y a día de hoy me las sigo poniendo como recordatorio porque la verdad es que me fue bien. En la espalda me hicieron una resonancia y vieron que tenía una hernia discal. Cuando me pinchaban en la rodilla, también aprovechaban y me pinchaban en la espalda. A raíz de esto, los lumbagos aparecían más espaciados y con menos intensidad.
Luego he sufrido alguna caída del lado izquierdo y a raíz de ahí he notado molestias en el trocánter. Hubo un momento que en la cama no podía estar, me bajaba un hormigueo por la pierna y notaba mucha molestia. Llevo ya dos años, desde antes de la pandemia, con el problema del trocánter, pero fue después de la pandemia cuando el dolor en la pierna izquierda se hizo insoportable. El tratamiento que me propusieron en la mutua fue a base de antiinflamatorios y no acababa de solucionar el dolor.
Una traumatóloga, cuñada de una amiga, me hizo un bloqueo facetario en la espalda que me ha funcionado pero sigo notando molestias en el trocánter. Ahora estoy esperando por La Seguridad Social, pero según qué cosas, la mutua no me cubre, por ejemplo las sesiones de ozono. Sigo esperando por la Seguridad Social pero como hay tanta demanda y van como van, sigo esperando. La doctora me dijo que me iban a dar tres sesiones de ondas de choque para el trocánter.
En cuanto al tema de la ingle, el doctor Vergés me recetó un medicamento que pertenece al grupo de los otros agentes antiinflamatorios y antirreumáticos no esteroideos, que estoy tomando. También camino, pero camino en función de mis posibilidades y el pasado septiembre empecé a hacer chi kung. El doctor de la Seguridad Social me había recomendado hacer ejercicio en un gimnasio más bien pequeño donde me pudieran atender y corregir en función de mis patologías. Aquí en el barrio hay un centro de terapias que hacen masajes, yoga y chi kung. Aquí estoy en una clase de ocho o nueve personas y vanos haciendo estiramientos, cada uno en función de lo que puede, y la profesora nos va corrigiendo. Cuando hago el estiramiento de la espalda es como si tuviera un tope del que no puedo pasar, pero prefiero hacerlo hasta donde llegue y así moverme un poquito. El chi kung está indicado para mejorar la movilidad, para ejercitar todo el cuerpo, generalmente, como hay personas mayores también en clase, casi todo lo hacemos sentados en una silla, también hacemos abdominales y de pie hacemos estiramientos. También camino algo, en la medida de mis posibilidades, voy haciendo.
Ahora parece ser que para el problema de la cadera hay una nueva técnica basada en la infiltración de ácido hialurónico. Me gustaría probarlo al modo que he hecho con el tratamiento de ozono, que sé que no cura, porque el mal está ahí, pero al menos mejora un poco, porque poner una prótesis a los 65 años, se considera que todavía soy muy joven, a no ser que estuviera muy mal.
Hoy por hoy, no me considero limitada en mi día a día, lo único que cuando hago ejercicio sí que noto alguna limitación al hacer los ejercicios de estiramiento de la espalda. Ayer, por ejemplo, caminé bastante y llegué a casa bastante bien. Intento dosificarme a la hora de coger pesos y hago mis tareas de la casa poco a poco.
Puede ser bueno probar un tratamiento alternativo a la medicina convencional, como pudieran ser las infiltraciones de ácido hialurónico. Intentar probar alternativas para ver si entre una cosa u otra se puede ir mejorando en tu día a día. Hay veces que puedo venir un poquito abajo, me asusto y me vuelvo más pesimista, pero a veces hablando con mi familia o con mis amigas me desahogo un poco. Mi padre me decía que a veces yo todo lo explicaba, pero a veces cuatro ojos ven más que dos y creo que es bueno hablar un poquito. Sé que a todo el mundo no se le pueden ir contando tus cosas pero, soy consciente pero a veces es bueno compartir, porque si no a veces te ves sola y piensas y piensas y piensas, hasta que te mareas de tanto darle a la cabeza, aunque no sé, cuando uno está mal es difícil.
Me gusta también oír opiniones de otras personas, lo mismo que a mí me escuchen personas a las que les pueda explicar mis problemas, a mí también me gusta oír las de los demás porque siempre aprendes algo.
El estado de ánimo influye mucho, el ser optimista, relativizar las cosas también mejora, pero claro, sé que es difícil porque a mí cuando me pasa algo también me vengo abajo, el verte sola es un poquito durillo.
Me jubilé antes de tiempo, dos años antes de la pandemia por distintas circunstancias y la verdad es que hay días que estoy mejor, piensas y lo ves todo más imposible pero otros días te conformas y piensas que hoy por hoy, si no viene nada peor que me quede un poquito como estoy.