Jesus Barbera
Jesus Barbera
Nada más despertarme, ya estaba pensando en mi amigo.
Desayunábamos juntos, me tranquilizaba y me animaba para empezar la dura jornada de trabajo.
A la hora de comer, fuera donde fuese, siempre me lo encontraba y la comida terminaba siendo un escándalo de risas y voces sin sentido.
Ya a la tarde, cuando debía volver a casa, mi amigo me esperaba en el bar y allí me dejaba llevar por él, hasta que el, decidía cuando me podía ir.
Al llegar a casa (el día que llegaba) mi mujer no se lo podía creer y me decía, mira como vienes, no se quien será tu amigo pero tienes que decidirte, o él o el resto de tu mundo.
Me imagino que ya habréis identificado quien era ese supuesto amigo....el ALCOHOL.
Con ayuda de mi mujer y de parte de mi familia, conocí una asociación de alcohólicos rehabilitados que se llama ARACYL.
Desde que entre en esta asociación todo me fue cambiando. Te enseñan a no mentirte a ser persona, a quererte y a descubrir que tienes un problema con una sustancia y que tus verdaderos amigos son otros.
Gracias a ese supuesto amigo, he estado a punto de perderlo todo, mujer, familia, trabajo, dignidad.
Trabajando en ARACYL he aprendido a enfrentarme a las situaciones de riesgo, he ir sumando días en abstinencia.
Ese supuesto amigo, hay muchos días que se me disfraza de ansiedad, problemas habituales, malestar y me llama para quedar.
Yo de momento he borrado su número de mi agenda, me agarro a mis muletas, (familia, compañeros, asociación) para no quedar con él.
Para terminar diré que me han enseñado a no coger odio a ese supuesto amigo, puesto que sé que me lo voy a encontrar en muchos sitios y tengo claro que el debe ir por su camino y yo por el mío y no volver a cruzarse.
Escribir estas palabras a mí me recuerda lo que soy y refuerza mi abstinencia, espero que al que las lea y se vea reflejado en ellas, también le pueda ayudar y que sepa que al final del túnel, yo vi una luz, en mi caso la luz del faro de ARACYL.