Me llamo Héctor Cabrera y gracias a una enfermedad he sido capaz de disfrutar mi vida de una manera que no lo habría hecho sin ella. Por el camino voy perdiendo visión, pero es el peaje que estoy pagando por ser atleta paralímpico de primer nivel. 

Desde que era muy pequeño, en mi casa, se dieron cuenta de que algo no iba bien con mis ojos, no veía las cosas claras, y me refiero al tema físico, a nivel mental siempre tuve muy nítido lo que quería. Con unos nueve años decidí que ya estaba cansado de andar de un médico tras otro buscando una solución a algo que parecía no tenerla. Deje de hacer esa peregrinación, de buscar una cura a una enfermedad degenerativa y empecé a vivir la vida y disfrutar.

Para mí disfrutar es sinónimo de deporte. Dedico mi vida a ello, a nivel profesional, pues soy atleta paralímpico, y a nivel personal, ya que estudio Ciencias de la Actividad Física y del deporte en la Universidad de Valencia. Lo que mejor se me da son los lanzamientos y ahí es donde me manejo bien, disco, peso o jabalina... pero especialmente ésta última. Desde que empecé a competir no se me dio nada mal, eso también motiva a seguir haciéndolo. Y las medallas de oro en campeonatos de España y de Europa... y alguna de bronce en algún Mundial adornan mi casa.

No todo el camino está siendo fácil, pues a los problemas propios de mi enfermedad, tengo que unir los problemas propios de cualquier estudiante...que compatibiliza sus estudios con algún trabajo, y el mío encima me obliga a dedicarle muchas horas y a viajar por medio mundo. Esto último me encanta, y es una de las grandes experiencias que me ha 'regalado' el Síndrome de Stargardt.

Sé que hay momentos duros en la vida, y con mi experiencia intento ayudar a otras personas a saber superarlos de la mejor manera posible. En alguna conferencia hay gente que ha alucinado con mi ejemplo, no sé si por cómo supero los problemas de visión, o si por saber que lanzo una barra a más de 60 metros.