Fran Hernández
Fran Hernández
A los 14 años me detectaron dos tumores en la cabeza, uno me lo quitaron mediante cirugía, y el otro mediante quimioterapia y radioterapia.
Entré en el hospital, creyendo que me iban a operar de fimosis y cuando salí, me vi en la UCI, estuve 4 días sin poder levantarme, lleno de cables. Me acuerdo que quería salir de allí porque estaba muy solo, solo podían entrar mis padres media hora, me encontraba muy frustrado porque no sabía lo que me había pasado.
Cuando me subieron a planta, ya me dijo mi madre lo que había pasado. Mi familia me apoyó mucho, mis padres, mi abuela y mis tíos que iban casi todos los días en tren desde Utrera.
Pasé dos meses sin poder andar, me cogió en el lado izquierdo y tuve que hacer mucha rehabilitación para poder incorporarme y andar. También me afectó al lenguaje, ciertas letras no era capaz de decirlas y me ayudó un logopeda.
En aquella época tuve mucho apoyo por mis padres, mi familia, gente de aquí de Utrera y mis amigos que me animaban a salir. He tenido muchísimos apoyos por todos lados pero sobre todo mi madre, que es la que ha estado y está siempre conmigo en todo, compartiendo también mis miedos.
Como no pude asistir a clase, ese año lo pasé en vano. Al año siguiente me incorporé a las clases, cursé hasta el BUP en el colegio y luego fui a un instituto de Sevilla a hacer informática. Estuve 4 años y luego estudié en una escuela de masaje y empecé a trabajar con mi padre.
Con 14 o 15 años había cosas que hacían mis amigos y que yo no podía, como jugar al baloncesto, o al fútbol. No podía correr igual que mis compañeros porque estaba empezando a saber andar. Al tenis por ejemplo tampoco podía porque no podía darle con fuerza a la pelota.
Al poco de salir del hospital tuve una relación con una chica, pero me sentía mal porque no podía ofrecerle lo mismo que el resto de los chicos y lo dejamos, prefería salir con mis amigos.
Luego me empezó a gustar el correr, estando ya en Barcelona, me puse a correr con un amigo mío y cuando volví a Sevilla, seguí saliendo a correr y hasta llegué a correr la carrera nocturna de Sevilla.
Tuve una recaída hace una temporada y te da coraje, pero piensas que podría haber sido peor y que hay gente que lo pasa peor que tú.
Siempre te queda el miedo de… “y si me vuelve a pasar y tengo que volver a pasar por lo mismo”, eso siempre está ahí.
Llevo ya cuatro años siendo agente vendedor de productos de la ONCE. Estoy a gusto con mi vida y me gustaría terminar la carrera de fisioterapeuta.
No tenemos que quedarnos estáticos, no quedarnos como estamos, hay que ir un poquito más allá, buscar objetivos, como en mi caso acabar la carrera de fisioterapia.
Siempre tenemos alguna dificultad o carencia en la que podemos mejorar, tanto a nivel físico como a nivel social. Superarse, ser mejor persona, por ejemplo en mi caso en el físico fue correr.
Testimonio cedido por Cairys, psicología y bienestar.