Eva Moral
Eva Moral
Soy Eva Moral, tengo 35 años, soy abogada y actualmente me dedico al deporte profesional . Tuve un accidente hace cuatro años. Mi lesión se produjo por un accidente deportivo: Estaba haciendo una carrera en bici, me salí en una curva, bajando un puerto y me precipité por un barranco, como resultado tuve una lesión medular.
Cuando tuve el accidente lo que más miedo me daba era que no me encontraran ya que había caído en una zona boscosa. Desde el primer momento, supe lo que me había pasado, sin embargo, lo que más me preocupaba era como se lo tomaría mi familia.
Me operaron y estuve ingresada en el Hospital de Parapléjicos de Toledo seis meses.
Al principio es un shock, no sabes que va a pasar contigo después de todo el proceso y si vas a poder llevar una vida normal, además no conocía a nadie que fuera en silla de ruedas, ni que tuviese lesión medular, ni conocía lo que suponía una lesión así, ni nada de nada. Fui aprendiendo poco a poco y aún hoy, me queda mucho por aprender.
Mi familia no se separó de mí en ningún momento, ellos siempre dicen que les ayudé más a ellos que ellos a mí, porque intentaba estar bien cuando venían a verme, intentaba estar contenta y que no me vieran mal, más que nada porque era yo la que necesitaba verlos bien para que aquello no fuera más drama de lo que es. Tuve mucha ayuda emocional y también me ayudaron mucho mis amigos, nunca estuve sola, siempre tenía gente alrededor que venía a verme.
La estancia en el hospital fue como empezar todo desde el principio, como si fuera un niño pequeño cuando le enseñan a caminar, te enseñan a vestirte, a andar en silla de ruedas, a hacer ejercicios de fisioterapia…. En mi caso como la lesión era clara y no tenía opción de recuperación de movilidad, tenía que aprender a moverme con mis brazos. También tienen una guía de deporte, donde te explican los deportes que se pueden practicar. Son 24 horas al día ingresado y hay que buscar formas de entretenimiento. Allí todos estamos iguales y todo lo tenemos adaptado a nosotros, cuando te das cuenta de verdad que estás discapacitado, es cuando sales a la calle y cuando eres tú el único que va en silla de ruedas, notas que la gente te mira y además te encuentras con un montón de barreras. Para esto también te preparan en el hospital, tienen un equipo de psicólogos que te apoyan y gradualmente te van incorporando a la vida fuera, empezando por los fines de semana. Mi estancia en el hospital la recuerdo como una etapa bonita de mi vida. Hice muy buenos amigos allí.
Una vez que sales, la adaptación se produce en el día a día, al principio las barreas te parecen más grandes porque llevas poco tiempo en la silla y tienes menos destreza. Por ejemplo, al principio tardaba diez minutos para entrar en el coche, ahora tardo dos y sin pensarlo. Si es verdad que todos, todos los días nos encontramos con barreas y dificultades pero te acabas buscando la vida por un lado o por otro. Lo que peor llevo es lo de las plazas de aparcamiento de minusválidos, no concibo ni entiendo que puedan estar ocupadas por personas sin minusvalía. Ni siquiera antes del accidente se me hubiera ocurrido aparcar en estas plazas.
Si se nota, sobre todo en los edificios nuevos, que cada vez están más adaptados, es verdad que el mobiliario urbano, las aceras etc., podrían ser más accesibles, que hay otros países mejor adaptados, pero, poco a poco, se va mejorando. La sociedad tiene que ver que somos todos iguales y que esto le puede pasar a cualquiera. Lo único diferente que tenemos es que en vez de caminar, vamos en silla de ruedas.
Mi deporte favorito era el triatlón y la transición al deporte profesional empezó por las redes sociales, contacté con Rafa Botello y me fue informando donde podría conseguir una silla de atletismo, me enseñó a utilizarla y me puso en contacto con más gente que hacía atletismo y ciclismo adaptado. También me apoyó mucho la Federación Española de Triatlón y mi club el Ecosport Alcobendas. Mis padres también me ayudaron mucho y mi forma de ser, ya que soy muy cabezona.
Es muy importante tener gente al lado pero que no te limite, porque si te lo hacen todo, al final, te puedes volver inútil y yo quería hacer las cosas por mí misma, pero, si es verdad que tener alguien al lado te da confianza.
Hay que luchar por uno mismo, hay mucha gente alrededor que te quieren y quieren vernos bien, si no es por uno mismo al menos por los que te rodean. Nosotros estamos muy unidos, yo les necesito a ellos y ellos me necesitan a mí y esto me da fuerza. Tenemos que luchar todos juntos.
Ahora, mi día a día, es como cualquier persona, me dedico al deporte, entreno todos los días, tengo un entrenador, entre los dos organizamos los entrenos y los descansos, cuido la alimentación y saco a pasear a mi perrillo, estoy todo el día liada.
Dentro de poco voy a correr la media maratón de Lisboa y luego a hacer la maratón de Los Ángeles.