En mi trabajo trato de cuidar de la misma manera en la que me gustaría ser cuidada, porque tod@s algún día seremos mayores o nos encontraremos en una situación de dependencia durante nuestra vida.

En estas lineas reflejo como trato a las personas en el día a día, y por lo tanto como me gustaría ser atendida por mi futuro cuidador. 

Voz amable y tranquila que me repita las veces que sean necesarias mis preguntas, pues no recordaré que lo he preguntado ya diez veces y para mi será la primera vez siempre. 
Recibir una sonrisa, que aunque no entienda lo que me digas, me trasmita confianza, y ya sabemos que la sonrisa es contagiosa, y...¡te la devolveré!.

En días desanimados, tendrás que motivarme con actividades que siempre me han gustado: escuchar música, bailar, escribir en un blog de notas, la playa, la fotografía...

Mano cercana en los momentos en los que sienta incertidumbre y miedo, ya que me tranquilizará poder contar con una caricia amable. 

Apoyo a mi familia, para que afronten mis cuidados lo mejor posible y no se sientan sol@s.

Y ayudarme a recordar los momentos bonitos de mi vida, como por ejemplo la suerte que tuve de ejercer como trabajadora social y que me permitió cuidar de personas.