Nací en Carcaixent el día 16 de junio del 1972. Era un viernes cualquiera y en mis primeros 8 años de vida todo parecía ir normal, hasta que en el verano del 1980 y estando de  campamento de verano en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, en la barraca de Aguas Vivas, todo se truncó; tuvieron que desalojar todo el campamento de verano a causa de que yo contraje una fiebre altísima, de la cual, ingresé en coma en el Hospital Clínico de Valencia, donde me diagnosticaron una meningitis aguda, de la cual, le dijeron a mi madre, que no pasaría de esa noche. Pasados 20 largos días, de los cuales, todavía recuerdo las inyecciones que me administraban en la espalda, salí del hospital por mi propio pie y sin ninguna secuela aparente. Estuve un año entero haciéndome electroencefalogramas para controlar que todo iba bien y por fin… me dan el alta, lo que celebré con gran entusiasmo.

Sin embargo, a poco más de un año, en las navidades de 1982, perdí ocho kilos en apenas una semana, estaba cansado, bebía mucha agua, siempre estaba acostado y no tenía ganas de nada, por lo cual, mi madre me llevo al médico. Para sorpresa de todos me diagnosticaron DIABETES MELLITUS TIPO 1.

Yo no entendía que era aquello pero, de repente, mi vida dio un giro de 180 grados. Estuve tres meses sin acudir al colegio y era mi padre el que me inyectaba  todos los días aquella insulina porcina que usábamos entonces. Hasta que un año más tarde me puse manos a la obra y empecé a pincharme yo.

Mi madre siempre estaba, no comas esto, no hagas aquello, siempre estaba encima de mí. Al año siguiente, en verano, me apuntaron a un campamento de verano para diabéticos que me cambió la vida, del cual aprendí muchísimo, me di cuenta que no era yo el único que tenía esta enfermedad tan rara y engorrosa y empecé a hacerme independiente y a ponerme mis metas. Pese a que mis padres y familiares se oponían rotundamente, yo quería ir en moto.

Por aquella época mis padres no me daban un duro para este fin y tenía que buscarme la vida, y lo hice tocando la trompeta en la charanga, orquestas y recorriéndome parte de la geografía española con tan solo 15 años. Porque la verdad sea dicha no fui muy buen estudiante.

Desde temprana edad ya tenía una gran inclinación por el mundo de las dos ruedas y en especial las de campo, con 15 años compre mi primera moto era una Anvian 125 de motocross e hice mis primeros pinitos, luego  compre una Kawasaki kx 125 con la que comencé a competir en el campeonato territorial de motocross. Mis éxitos no eran muy grandes pero, terminaba todas aquellas carreras a las que me presentaba con los pocos recursos con los que contaba.

Más tarde y ya con 21 años empecé en el mundo del enduro y el rally tt participando a lo largo de varios años en el Campeonato de España de Rally TT en pruebas tan conocidas como la Baja España Aragón, Montes de Cuenca, El Altiplano, Transmatarraña, o el Memorial  Toni Soler.

Después de estos años compitiendo en varias disciplinas, decidí montarme un restaurante en Carcaixent, que regenté durante 10 años, en estos años me retiré de la competición y  no por ello a pesar de todas las dificultades, tanto económicas como familiares, conseguía seguir entrenando. De estos 10 años en el Pitch, que así se llamaba el restaurante, tengo tanto mis peores, como mis mejores recuerdos. El primero un hijo de 9 años, Dani, mi mujer Mer y mi hijo Yeray. También, quiero hacer mención a mi tercer hijo Iker, que después de tres meses de vida decidió dejarnos un día cualquiera, una mañana sin más, sin previo aviso padeció una muerte súbita en su primer día de guardería. Fueron los días más duros de mi vida y que nunca olvidaré, ello me condujo a contraer una neumonía, de la cual estuve varios días ingresado y tres meses en casa. Todo esto, dio un cambio brutal en mi vida y me hizo reflexionar sobre muchas cosas, también provocó el tomar una de las decisiones más grandes de mi vida, dejar el restaurante y cumplir un sueño, ayudar a todas las personas con diabetes que pueda a través de mi gran pasión, los rallyes en este caso EL DAKAR.