Recibir la noticia fue congelarnos en ella, pues no nos lo esperábamos. Ella se cuida mucho, se hace sus controles además es muy buena y ayuda a todos los que puede y a los que no puede. Así que fue un golpe que me congeló. Sin embargo jamás he dudado de ella, sabía que iba a poder pues tiene sus robles, todos hombres a su alrededor, imagínense yo casada en mi casa y ella en su casa con su esposo y dos nietos hombres jóvenes y un hijo para variar. Lla mascota, el enano macho, ella es la reina.

Comenzamos a aceptar la enfermedad conforme iba conociéndola yo soy muy alegre y amiguera,  así que tuve que aprender de diagnósticos, etapas, pruebas, todo, y hacer amistades y así pude saber como ayudar.

Además me puse en la mente un día a la vez. Hoy no lloro mañana lloraré, así que eso me lo repetía y ver a mi madre avanzar me empujaba a ayudarla más,  además su actitud de enfrentar todo esto es  asombrosa.

Siempre vemos a quien ayudar donde vamos, así que ella ve que hay muchos que,  a veces,  están solos y necesitan de nosotros. Es, como lo digo, una guerrera.