Carmen Mellizo
Carmen Mellizo
Pues tengo ya 57 años y hace casi un año me operaron para amputarme 45 cm de colon y cerrarme el ano. Tenía un cáncer en el colon y otro recto-anal, por lo que la colostomía es permanente. No he tenido miedo en ningún momento. Desde el principio he estado al tanto de todo, informada, compartiendo con los cirujanos, relajando a mi familia y amigos y concentrada en mi cuidado (vitaminas, tranquilidad, alimentación). Informada, me adelanto a los acontecimientos y lo controlo. Soy asmática también desde pequeña. He sido durante más de 40 años profesora de inglés. Soy educadora social y me encanta el arte, la lectura, la música, las manualidades.
La verdad es que nunca he estado asustada. Sí alerta y pendiente en todo momento de todas las señales de mi cuerpo pero no he dejado de hacer la mayoría de cosas que me gustan aunque tuve que dejar de trabajar en mi colegio. He estado muy cansada, lógica consecuencia de la radio y la quimio neoadyuvante. Luego la cirugía: 7 horas. Pero a la semana estaba en casa y funcionando correctamente con la bolsa de colostomía que no me ha supuesto un trauma. Sí es preciso adaptarse al modelo más adecuado. Tener a mi familia, a mis nietos, mis hijos, mis hermanos, mis amistades y sobre todo a mi pareja ha sido un elemento esencial en mi proceso. La quimio posterior, coadyuvante, no ha sido muy dura y ahora estoy en la fase de revisiones trimestrales. Cada cosa a su ritmo. Paso a paso.
Los problemas económicos son lo peor porque los ingresos se ven muy reducidos y las facturas siguen llegando. También he recibido ayudas de mi entorno y la baja del FREMAP pero no es suficiente. Ahora estamos de papeleos, ya sabéis, para discapacidad, incapacidad y esas cosas. El tener la bolsa es difícil en un trabajo con niños o con gente porque a veces se despega, huele, los gases suenan. A veces he de cambiarme 5 veces en una hora. Y estoy mucho más cansada. No creo que pueda llevar una vida profesional estable. Pero buscaré alternativas.
Me levanto cada día oliendo, escuchando y con mucha alegría y ganas de compartir, ayudar y luchar. No tenemos la fecha exacta de caducidad asi que cada día es un regalo precioso y no me lo quiero perder.
Como he contado antes, no dejo que mi problema afecte a mi vida demasiado. Obviamente todo ha cambiado y mis rutinas más que nada. Pero sigo haciendo planes; hacer planes es muy importante para sobrevivir. Hay que marcarse objetivos, metas, reir, minimizar las cosas, buscar las prioridades y, por supuesto, llorar cuando sea necesario, buscar un abrazo, compartir los problemas con aquellos que pueden entenderte. No rendirse. Evitar el dolor de la manera que sea y dejar nuestra huella y nuestro recuerdo con una sonrisa. Si uno se viene abajo, el entorno se viene abajo y es una tortura para los demás y para uno mismo. No soy nada victimista y me funciona: cuando me preguntan qué tal, siempre digo BIEN. Y creo que el decirlo hace que realmente me encuentre mejor.
No soy buena dando consejos. Sólo cuento mi propia experiencia. Escribo. Toda la vida escribí cuentos, poesías, artículos. Y eso ayuda mucho a canalizar los problemas. Tengo un blog en WORDPRESS llamado EL COLON DE MARICARMEN. Hay varios capítulos y ahí voy contando mi experiencia. Comenzó a raíz de abrir un grupo en el W. app del teléfono en marzo de 2016 cuando empezó todo, para todos mis conocidos, en el que les iba contando cómo evolucionaba y así no tener que repetirme. Les mandaba audios para que me escuchasen y sintiesen mi fuerza a través de la voz y ellos mismos me recomendaron que lo compartiese en un blog. Pintar, escribir, cantar o cualquier actividad creativa es una buena terapia.