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Carmen Mellinas, Neuritis Óptica Bilateral, Murcia, España.

Neuritis Óptica Bilateral

"Una de sus preciosas sonrisas que recargan mis energías."

Carmen Mellinas

(Persona que cuida)

Carmen Mellinas

Imagen de perfil de Carmen Mellinas, Neuritis Óptica Bilateral, Murcia, España

Mi hijo Hugo tiene ahora 12 años. En febrero de 2015 comenzó con fiebre alta y fuerte jaqueca. Tras un mes de idas y venidas a médicos fue ingresado y diagnosticado de neuritis óptica bilateral, con buen pronóstico en principio. Al alta hospitalaria seguimos con el tratamiento, ahora de manera oral, pero Hugo seguía sin sonreír. Todo el tiempo confié en el profesional médico que le atendía, ya que me transmitían serenidad y mucho cariño al niño.

Siempre supe que mis hijos eran un "préstamo divino" hasta que le vi tan malito y tan tristón. Entonces no me conformé con su dolor constante de cabeza y la diplopia. Estar así le ha ido alejando del grupo de niños en el colegio, el ruido le aturde, no quiere salir al patio ni ir al cole. Mi niño, super inteligente, tranquilo, obediente no sabe cómo llevar esto. No puede ser el que era antes y le entristece. Agradezco cada día poder estar a su lado para abrazarle, animarle y llevarle a Barcelona o Madrid a que le vean otros especialistas. Pero nadie entiende las secuelas que le han quedado. Y ya hace más de 2 años... Su padre, incapaz de superar la situación, y yo nos separamos, pero yo no abandono la lucha. Como su madre que soy, permanezco a su lado, le llevo al psicólogo, le obligo a ir al colegio, hablo con los profes, médicos, sacerdotes y con quien haga falta.

"La lucha se enfrenta día a día por volver a ver a mi niño sonreír. "

La lucha por un hijo hay que llevarla día a día, estar una misma fuerte para transmitirle solo fortaleza, creer en sus posibilidades de mejora, a veces ser dura con él para que siga luchando y siempre abrazarle ( a pesar de los consejos de su anterior psicóloga) hasta arrancarle una de sus preciosas sonrisas que recargan mis energías. Porque sus miedos e inseguridades son los míos. Pero no puedo dejarme superar por estos, sino respirar profundo y hacerle propuestas que aviven sus ganas de seguir luchando. De demostrarle que, a pesar de su dolor crónico y su pérdida de agudeza visual, la vida merece la pena sin duda!

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