Carlos Mozos
Carlos Mozos
Me considero una persona activa, con muchas inquietudes y para nada conformista. Mi lesión, una tetraparesia producida por una lesión medular a nivel C5-6.
Acaba de cumplir los 21 cuando me surgió una oportunidad laboral la cual creí no debía dejar escapar.
No sé si era oro todo lo que relucía por aquel entonces, pero poco faltaba, o quizás la inmadurez de vivir aquel momento álgido me hacía estar nublado por ese resplandor.
Era una época plena de emociones, cada día que pasaba completaba al anterior, experiencia tras experiencia iba llenando mi mochila, la cual estaba siempre abierta y dispuesta a incluir nuevas vivencias, no parecía tener fondo y crecía exponencialmente.
Fueron tiempos maravillosos, cambios constantes, nuevos lugares y gentes que no acababa de conocer a fondo y siempre dejaba una puerta abierta para volver a ellos y profundizar.
No llevaba un par de años en esta aventura cuando ya me vi inmerso en una nueva. Un nuevo reto que podría decir marcaría el resto de mi vida, el vértigo era evidente, en esta ocasión no había preparación previa, no había estudiado para optar a este puesto de trabajo, en este salto al vacío no había posibilidad de aleteo, había que llegar al suelo darse el golpe y tomar impulso para remontar el vuelo.
El 24 de Octubre de 1997 en un desplazamiento laboral en coche desde Mérida a Madrid sufrí un accidente de tráfico. El primer diagnóstico, fractura de la apófisis posterior de Cervical 5 y 6 con afectación medular, la cual me produciría inicialmente una tetraplejia, si, pasaba del todo al nada en un instante.
Pasado los días de UCI posteriores a la operación, el hematoma producido a la altura de la lesión comenzó a remitir poco a poco y se atisbó algún síntoma de mejora con movimientos parciales en el hemiplejio derecho.
Once día después del accidente era trasladado al Hospital Nacional de Parapléjicos, hospital de referencia en España y a nivel mundial en lesionados medulares, donde iniciaría el proceso de rehabilitación, tanto físico como psíquico para aceptar esta nueva etapa.
Los primeros pronósticos de tetraplejia que me atarían a una silla de ruedas eléctrica se tornaron en una tetraparesia, la cual se caracteriza en que si puedes mover todos los miembros pero todos tiene la movilidad afectada en mayor o menor medida.
El esfuerzo de unas 5 horas diarias de rehabilitación y mi pasión por el deporte rápidamente tuvieron sus frutos, a los 3 meses había recuperado la posición vertical.
En Julio de 1998 tenía el alta hospitalaria y quizás empezaba la parte más dura que era la “reinserción” en la sociedad.
La parte laboral fue dura de asumir, primero no podría volver a ejercer las mismas funciones por las secuelas que el accidente me produjo, ligado a esto, esta gran multinacional decidió que ya no era útil para ellos y decidieron no seguir contando con mis servicios, algo muy humano teniendo en cuenta lo sucedido.
Decidí cambiar el chip y empezar de nuevo en todo.
Una pequeña empresa me dio la oportunidad de reincorporarme al mercado laboral, gracias algún excompañero y a los nuevos estudios cursados.
El deporte no me podía dejar de lado ahora y decidí explorar nuevas modalidades en las cuales pudiese desenvolverme. En el hospital había comenzado a jugar a tenis de mesa en silla de ruedas, con lo que contacté con la Federación Madrileña de Discapacitados Físicos y empecé a entrenar, jugar y competir. A los dos años de esto y de haber tenido ya algún éxito deportivo empecé con natación que quizás haya sido mi gran aliado durante los últimos 17 años, de estos estuve 11 años compitiendo a un gran nivel, 14 medallas en Campeonatos de España quizás hayan sido mi mayor éxito. Pero no podía quedarme sólo con esto, a mis 42 años me he iniciado en una nueva modalidad, ciclismo, un reto deportivo.
Laboralmente también volví a crecer, desde abajo fui saltando de compañía en compañía hasta dar el último salto de nuevo a otra gran empresa. Evidentemente no ha sido fácil, te aparecen muchas trabas que saltar en esta sociedad.
El esfuerzo y la constancia lo ha sido todo para mí en todos los ámbitos de mi vida desde entonces, la “discapacidad” la he convertido en “capacidad” y el “no puedo” en un “vamos a ver como lo hago”.
Me siento vivo!! con ganas de seguir luchando día a día y de demostrar que todo el mundo es capaz de generarse su propia oportunidad con esfuerzo y constancia.